El vicepresidente Álvaro García Linera salió mal parado del encuentro con la prensa durante un acto del Viceministerio de Defensa del Consumidor, cuando no atinó a responder sobre los indicios que apuntan a altos mandos de gobierno en el caso de la red de extorsión.
Interrogado por los periodistas acerca de las recientes declaraciones del ex director de Régimen Interior, Boris Villegas, quien aseguró que “hizo todo por órdenes superiores de ministros y viceministros”, García Linera (alias Qananchiri desde sus tiempos en el terrorista EGTK) hizo un intento más bien patético de desviar la atención hacia uno de los temas del evento: el lanzamiento de la “Enciclopedia Jurídica”.
“Le puedo explicar, le puedo explicar (sobre) los libros. ¡Mira! ¡Mira! (la) Enciclopedia Jurídica, mi hermano”, dijo el segundo mandatario.
Momentos más tarde, ante la insistencia de los reporteros, despachó rápidamente a los comunicadores a otra ala del lugar, señalando que “va hablar la viceministra (de Defensa del Consumidor, Sonia Brito), por favor vayan por allí, por allí, por allí. La viceministra va a hablar”.
Sintomático nerviosismo el del número 2 e ideólogo del régimen, que en esta ocasión no pareció lograr articular un discurso coherente sobre el mega-escándalo, que amenaza con dejar al actual oficialismo como el partido más corrupto en la historia de Bolivia.
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Mientras tanto, el caso salpica a la ministra de transparencia, Nardi Suxo, al punto que el senador masista Félix Martínez pide su dimisión.
El tsunami de la corrupción barre los últimos restos de credibilidad de un proyecto que intentó hegemonizar el poder y ahora aparece desenmascarado por sus propios abusos…