Por *TEREZA CRUNIVEL – *El Correo Brazilense (Brasil) Aprovechando uno de los peores momentos del gobierno, marcado por un escándalo y una decepción con la economía, el PSDB hizo ayer uno de sus mejores encuentros. Delante de más de 500 alcaldes electos, reunidos para recibir directrices políticas y apoyo técnico para la governanza, el ex-presidente Fernando Henrique Cardoso y el presidente del partido, diputado Sergio Guerra, lanzaron la candidatura del senador Aécio Nieves a la presidencia de la República, apuntándolo como nombre de consenso y portador de las cualidades para este trabajo. El informativo on-line destacó mucho el hecho de que Aécio haya, aparentemente, alcanzado la candidatura afirmando que aún es pronto y que la hora ideal para un lanzamiento será “en el amanecer de 2014″. Y más: “antes de la candidatura a presidente, tenemos que presentar a Brasil una nueva agenda para los próximos 20 años”. Pero, en el fondo, lo que hubo fue un juego bien combinado. Los dirigentes lanzaron su nombre al partido, preparando su elección para la presidencia, lo que le servirá de vistosa carroza para transitar hasta 2014, acumulando fuerzas para la disputa. Aécio, por su parte, hizo el discurso de la cautela, evitando exponerse al sereno y a los ataques muy antes de la hora. No es minero por casualidad. Una ausencia y una presencia llamaron la atención. El ex-gobernador José Serra no participó porque está en los Estados Unidos, en compromisos personales. Se sabe, sin embargo, que Serra observa la “massaranduba” del tiempo admitiendo incluso alejarse del partido. La presencia que se destacó en la fiesta tucana fue a de Fernando Henrique, que vuelve a moverse con desenvoltura en la arena partidaria. De ella anduvo alejado, entre otros motivos, porque en los últimos 10 años, el del reinado de Lula, el PSDB no hizo una defensa consistente de su legado. Y Serra es quién más podría haberla hecho, por haber sido el candidato del partido en las disputas más importantes de este periodo. En entrevista, FHC le hizo los elogios de rigor pero sugirió que él se dedique ahora más a las conferencias, al debate y a la reflexión. En conversaciones con tucanos, arrancó risotadas al comparar los ex-presidentes a los jarrones chinos: son bonitos, pero como son muy grandes, nadie sabe donde colocarlos. Pero el PSDB, por el visto ayer, ya reservó un buen lugar para su jarron chino en la nueva fase. Es lo que lo sugiere el diputado Marcus Pestana, cuando dice: “La renovación del PSDB no debe ser etária. Tanto es que, a los 81 años, Fernando Henrique es nuestra cabeza más joven, de más antenada con el siglo 21. Su presencia más intensa en la vida partidaria no traduce en mirar haciaa el pasado si no en dirección a nuevos y posibles horizontes”.
