Un cientista político del país vecino indica que la abstención puede ser alta en el ballotage. También adelanta que, por los equilibrios parlamentarios, el candidato que gane tendrá que moderar sus expectativas.
El domingo 19 de diciembre, Chile irá de nuevo a las urnas, para dirimir entre los dos contendientes que pasaron a la segunda vuelta presidencial: el izquierdista Gabriel Boric y el conservador José Antonio Kast. Para analizar en detalle las perspectivas en la recta final de esta elección, eju.tv entrevistó al politólogo chileno Jorge Gómez, investigador senior de la Fundación para el Progreso (FPP).
eju.tv: Los candidatos que van a segunda vuelta cargan cada cual con su “mochila autoritaria”: Boric con el Partido Comunista y Kast con la nostalgia por el pinochetismo. ¿Atraer al centro pasará por deshacerse de esa mochila?
Jorge Gómez: Sí. En primera vuelta el voto de centro se dispersó entre varios candidatos, por tanto ambos han intentado mostrarse moderados para atraer al votante menos duro. Ninguno, ni Boric ni Kast, supera el 25%. Hay un número importante de personas que todavía no sabe por quién votar, casi un 25%, probablemente debido al apoyo comunista a Boric o el pinochetismo de Kast. Por tanto, eso se ha traducido en modificaciones a sus programas, la inclusión de personas y dirigentes que antes estaban con otros candidatos y una menor aparición en medios de aliados más extremos, tanto de Boric como de Kast.
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Más allá del evidente arbitraje que tendrán los centros en el ballotage para inclinar la balanza, ¿qué capacidad de arbitraje tendrán una vez instalado el nuevo gobierno?
Si bien a nivel presidencial podríamos decir que pasaron a segunda vuelta los extremos, en las elecciones del 21 de noviembre se produjo un reacomodo entre las fuerzas políticas en el Congreso. Las fuerzas tradicionales de la derecha y la centroizquierda se vieron reducidas. En la Cámara de Diputados, si bien la izquierda ligada al Frente Amplio creció, los republicanos de Kast se conformaron como tercera fuerza. A eso se suma que el partido del tercero en la presidencial, Franco Parisi, logró seis diputados. Así, nuevas fuerzas se incorporaron a la Cámara de Diputados generando nuevos equilibrios.
En el Senado, la derecha quedó como fuerza mayoritaria. Esto, por ejemplo, derribó la opción de plebiscitos dirimentes como se planteaba desde la Convención Constitucional. Si bien el Partido Comunista logró dos senadores.
Todo lo anterior obliga a quien sea electo presidente a moderar sus expectativas o promesas. Si sale Boric, probablemente tendrá que dejar su afán refundacional. Si sale Kast, probablemente tendrá que impulsar reformas y dejar atrás su afán restaurador. Ambos tendrán el desafío de darle estabilidad al proceso de transición institucional.
¿Qué probabilidad existe de que se incremente la participación electoral de manera significativa en relación a la primera vuelta y eso incida en el resultado final?
Es difícil dilucidar, considerando cómo son vistos ambos candidatos. Uno podría pensar que la visión negativa respecto a uno podría incentivar a las personas a salir a votar al otro como mal menor. Pero también existe la posibilidad de que ante ese dilema, de ver la elección como una cuestión de suma cero, mucha gente decida anular o no ir a votar. Algunas encuestas apuntan a que podría existir una alta abstención.
Aunque la mayoría de la centroizquierda se decante por Boric y de la centroderecha por Kast, ¿es posible que algún número relevante de la DC vote por el candidato del Partido Republicano o algún sector de Chile Vamos por el postulante del Frente Amplio?
Lo que se está viendo son personas que deciden abstenerse de votar, que no pueden votar ni por Boric ni por Kast. Ahí están por ejemplo la ex ministra de Michelle Bachelet, Soledad Alvear y la ex ministra de Ricardo Lagos, Mariana Aylwin. También está el caso del académico Sergio Verdugo, profesor de derecho constitucional e investigador del Centro de Justicia Constitucional de la Universidad del Desarrollo y colaborador del partido Evópoli, quien tomó distancia de Kast. Importantes figuras de la antigua Concertación, como Andrés Velasco, Andrés Jouannet, Eduardo Aninat y Óscar Guillermo Garretón, han pedido garantías democráticas tanto a Boric como Kast. Eso refleja que ambas candidaturas son polarizantes.
¿Parisi podrá influir sobre la intención de voto de su electorado o esto es impredecible?
Me parece que es más bien impredecible. Parisi ha levantado su candidatura con un discurso abocado a inquietudes de la ciudadanía que los grupos políticos tradicionales no han tomado. No hay una apelación ideológica precisa en ese sentido. Tampoco él necesariamente promueve un discurso caudillista. Eso se ve reflejado en la transversalidad de su programa en YouTube. No hay que olvidar que en el discurso de Parisi hay una fuerte crítica a las élites y la política tradicional que podría chocar con dos políticos que, aunque no quieran asumirlo, provienen de la élite como Boric y Kast. Es probable que el votante de Parisi, frente a esto, decida no votar.
Edición y entrevista: Emilio Martínez
© eju.tv