Se aprobó en grande el Proyecto de ley del Presupuesto General del Estado gestión 2022 y el mensaje es muy claro, el “gasto supera al ingreso”, es decir se gastará más de lo que entrará como ingresos a la Hacienda Pública, esto ya a nadie asombra, pero ¿En qué se gastará el PGE 2022?, la respuesta es obvia, en más burocracia ineficiente, filtrándose en todas las formas de corrupción posible y por haber.
Históricamente, desde la gestión 2005, la incapacidad de la Asamblea Legislativa Plurinacional no tiene nombre, en estos 16 años de Legislatura se encargó de malgastar y maquillar las cifras millonarias de cada gestión, engendrando “leyes malditas” venidas desde el mismo averno, que se amontonan en los estantes polvorientos de sus dependencias.
Mientras los desastres naturales van en aumento, producto de las lluvias, riadas o las sequías, cada año se hace más difícil la vida en el campo y las ciudades producto de la crisis económica. En esta gestión la “granjita feliz” de corte ovejuna, se encargó de obedecer y aprobar ciegamente todas las órdenes de los capataces de la Hacienda Pública.
Existe una inmoralidad en la Asamblea Legislativa, lo mismo ocurre también en las asambleas legislativas departamentales, solo los “asambleístas” se comen más de la mitad de los recursos económicos destinados a su funcionamiento, el resto se va a la “burocracia legislativa parasitaria”, esos datos lo pueden confirmar la supuesta rendición de cuentas que pregonan sus autoridades administrativas, ¡Que desgracia!, el desorden financiero es tal que sus efectos son más peores que una riada o una sequía; porque el daño económico al Estado es incalculable.
Con el presupuesto destinado al funcionamiento de la ALP durante las diferentes gestiones, se podrían haber construido más sistemas de riego, viviendas sociales, sistemas de agua potable y alcantarillado, hospitales, escuelas y muchos módulos policiales a lo largo y ancho de todo el país.
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Nuestros “asambleístas” dejarán nuestra hacienda pública en un estado miserable, pero sin resultado legislativo alguno evidente; que promueva el desarrollo económico y social de la población boliviana, los ciudadanos están tan empobrecidos por las secuelas de la pandemia que ya no pueden pagar ningún tipo de impuesto y que hacen “nuestros representantes nacionales, departamentales y regionales para paliar en alguna medida esta situación; “nada”. Por el contrario, los ciudadanos en todo el país; desconfían de sus representantes “parlamentarios” en las distintas asambleas legislativas en todos los niveles de gobierno.
Las Asambleas legislativas en todo el país, son lo más parecido a una “tiendita de leyes inservibles”, sin oficio ni beneficio. Como si la cantidad de leyes promulgadas, representan la calidad del impacto social y económico de las mismas. Nuestra Bolivia bajo el régimen del actual gobierno esta hiperlegislada, hiperpleiteada, hipercorrupta.
Existe una fermentación política profunda en nuestro país, COMCIPO y los demás comités cívicos dan muestra de ello y nuestros “representantes” en las asambleas legislativas, no se dan cuenta de eso, pero los ciudadanos libres se han dado cuenta hace mucho tiempo ya con las diferentes metidas de pata de la institución legislativa, que tienen una parodia de Asamblea, lo mismo sucede con las Asambleas Departamentales. ¡Qué calidad de debates!, ¡Qué calidad de oradores! “Que hacen vibrar nuestros corazones”, ¡Qué calidad de argumentaciones!; ¡Qué calidad de asambleístas tenemos nosotros los bolivianos!
Marcelo Quiroga Santa Cruz debe estar revolcándose en su tumba, al ver a nuestros representantes nacionales pedir la palabra y hablarle al país. ¡Con qué elocuencia!; ¡Con qué honestidad!, ¡Con qué moral le hablan al país!, hasta nos dan ganas de reír o llorar cada vez que vemos una transmisión en vivo a nivel nacional de los “magníficos” debates legislativos.
¡Qué maestros de la oratoria! Catón; Cicerón y Mirabeau, quedarían estupefactos al oír semejantes discursos. Si este país se rebela, es simplemente porque sufre y está harto de la arrogancia de las autoridades legislativas que le insultan con cada iniciativa legislativa “maldita”, pues se burlan hasta de la voluntad popular.
Esto que sirva señores para comprender que nuestro país huele a decadencia, la Asamblea Legislativa Plurinacional; es el fiel espejo de nuestra sociedad.
Lo cierto estimado lector que ha comprendido mis palabras, es que tenemos unas Asambleas Legislativas, en todo el territorio nacional, sin fuerza, sin consideración, serviles y dóciles ante los órganos ejecutivos, sus debates son mezquinos y aburridos, constantemente humillados por un gobierno imprudente que responde a una línea política, que doblan la cabeza sin poder y sin voluntad, que no crean las leyes correctas, que no toman las medidas necesarias para solucionar los problemas sociales que aquejan al país en su conjunto, no resuelven nada, no emprenden nada, solo se burlan de la población, son unos “levanta manos”, que se la pasan todo el tiempo aplaudiendo y aprobando las barbaridades del Ejecutivo, que de tanto sentarse y no hacer nada productivo tienen las nalgas encallecidas, aprueban nomas, las normas que les dictan sus amos del Ejecutivo, diciéndoles “métanle nomás”.
Desean incluso que se les diga todos los días: ¡Buenos días, honorables diputados!, ¡Tomen sus refrigerios honorables diputados!, ¡Qué cosita más desean sus ilustrísimas! ¡Qué calidad de democracia tenemos en Bolivia por Dios!
Jhonny Vargas
Politólogo