Los masistas no padecen amnesia, que es un trastorno de pérdida completa o parcial de memoria. Se la pierde por un duro impacto en la cabeza o choque emocional fuerte. Que sepamos, la dupla Morales-García Linera y sus conmilitones no se han dado un palmo de narices, salvo que el ejercicio del poder les haya producido una emoción tan grande que los ‘desmemorizó’, funcional y cínicamente.
El actual presidente fue un feroz jefe sindical de las seis Federaciones del Chapare cocalero. Allí impedía la presencia del Estado en la zona y negaba la aplicación de justicia a asesinos de efectivos del orden. Con ese mandato y como diputado sometió al país a bloqueos y atentados a la libertad de tránsito, al ejercicio del trabajo y del comercio libres. Hoy sigue siendo el dirigente máximo, pero no bloquea porque hay piedra libre para cultivar coca que va a la producción de cocaína.
Fiel a su ser social sindical confrontador y trasgresor, el actual presidente fue uno de los artífices de la sedición y alzamiento popular en La Paz, en octubre de 2003, contra un gobierno legalmente constituido. Si hay que juzgar a autoridades, ministros y militares por aquellas 64 muertes, que también se juzgue a los instigadores de los trágicos sucesos, y no sólo a los ya condenados de antemano. Que se presenten los responsables de aquel caos, a pesar del decreto con el que el entonces diputado Morales y el ex presidente Carlos Mesa, liberaron de toda culpa a quienes atentaron contra la democracia.
El Vicepresidente también está desmemoriado. porque que él sí tiró bombas y formaba parte de un grupo sedicioso clandestino, hasta que fue descubierto. Por sus actos de terrorista pasó cuatro años en la cárcel. Le faltarían 26, si nos atenemos a los 30 que pide ahora para los presuntos implicados en actos cada vez más sospechosos de suplantación de pruebas y siembra de indicios falsos, en la mascarada distractiva gubernamental a la que juegan.
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Hace más de tres años, gracias al sistema democrático que nunca respetó ni de obra ni palabra, devino en Vice y desde ese rango ejecuta su venganza: de acusado pasa a acusador de presuntos terroristas, tres ejecutados a mansalva, que no derribaron torres, no tiraron ni bombas y ni un solo tiro. Hace rato el Vice perdió el aura de intelectual, que lo era, aura creada también por los medios e instituciones, atraídos unos y otras por su verbo de pensador y analista ‘top’. Hoy parece un inquisidor y ofrece castigo implacable para quienes abjuran de la fe masista y sus designios de cambio. Esos cambios que, lejos de integrar y crear una patria para todas/os, ha desintegrado el tejido social, lastimándolo con saña, como han lastimado físicamente al líder indígena Marcial Fabriacano, por pensar diferente.
¿Qué del plan magnicida, quiénes los terroristas y los separatistas? Todo fue urdido para sindicar a Santa Cruz, la región contestataria al centralismo, económica, política e institucionalmente más fuerte. Hacer parir al terrorismo aquí cobra una especial dimensión: a darle con todo para avanzar hacia el poder total sin fisuras. Por eso, además, descabezaron el Tribunal Constitucional y ahora la Corte Suprema. Quieren crean dos, tres, muchos Pandos, salvando autores y distancias, para callar a quienes piensan diferente, desterrar el respeto a los Derechos Humanos, el Estado de Derecho y la democracia de Bolivia. Nunca creyeron en ella y ahora se hacen los desmemoriados.