Como privatizar en Bolivia


image Haz lo que hago, no lo que digo. El discurso y las acciones del MAS son claramente contradictorios. Mientras enarbola un discurso cargado de retórica izquierdista, antiimperialista y nacionalizadora, en realidad obra en sentido contrario entregando al capital extranjero los recursos naturales que dice defender.

Pareciera que solo por justificar su discurso, de cuando en cuando “nacionaliza” con gran despliegue militar, alguna empresa cuya incidencia en la economía es bastante exigua. Ahí tenemos el caso de Air BP, la empresa que se encargaba del abastecimiento de combustible en los aeropuertos del país.

Pero en lo esencial, el gobierno se regocija y bate palmas cuando alguna empresa anuncia su interés de explotar algún recurso en el país. Es el caso de la Jindal Steel en la explotación del hierro de El Mutún, el contrato con la empresa coreana Kores para explotar el cobre de la mina de Corocoro.



Aún más; varias autoridades gubernamentales han mostrado un marcado optimismo sobre la posibilidad de entregar a explotación de los recursos del salar de Uyuni, particularmente el litio, a la empresa francesa Bolloré.

Además se debe tomar en cuenta de que en realidad jamás existió una nacionalización de los hidrocarburos y lo que se produjo fue tan solo una readecuación de los contratos en medio de una parafernalia expresamente diseñada para mover cierto sentimiento nacionalista.

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Pero a la hora de la verdad y a la luz de una apreciación objetiva, podemos ver que si hubo un gobierno que entregó los recursos naturales al capital extranjero, ese es el gobierno del MAS y este es un hecho que no puede ser ocultado con rimbombantes discursos.

El discurso del MAS pareciera que está diseñado tan solo para convencer a algunos nostálgicos de los años 60 y 70 que se incorporan al partido gobernante en la misma medida y proporción en la que salen del él los fundadores originales del “instrumento político”.

Pero los afanes privatizadores del gobierno al parecer están llegando más allá de los recursos naturales y alcanzan al propio sistema de empadronamiento ciudadano, lo cual implica que una empresa privada podrá controlar datos confidenciales sobre la ciudadanía.

Es más, existe el peligro evidente de que esa empresa pueda ser más proclive a ciertas “sugestiones” gubernamentales y en realidad acabemos diseñando un padrón electoral que ayude al MAS a mantener el poder…ya ha demostrado en otras oportunidades cuán proclive es al juego sucio, con yapa de retorno.