El oficialismo promueve la candidatura de Jessica Jordan en Beni con un argumento tan extorsivo como falaz: implícitamente se sugiere que sólo habrán más recursos para ese departamento si sus habitantes eligen a la postulante del MAS, prometiendo que con ella habrá una suerte de despegue en el desarrollo regional.
Sin embargo, basta con ver la situación de otras gobernaciones tomadas por el partido de gobierno en la denominada “Media Luna”, como Pando y Tarija, para advertir que el espejismo desarrollista manejado por el discurso oficial no se corresponde en absoluto con la realidad.
A más de cuatro años de la toma militar de Pando por el gobierno central, el estancamiento y las denuncias de corrupción son la nota dominante, al punto que los mismos masistas desencantados divulgan las presuntas irregularidades del gobernador Luis Flores.
Otro tanto sucede en Tarija, donde la gobernación padece una grave crisis, entre fuertes pugnas internas y cuestionamentos por la ineficiencia del gobernador Lino Condori.
En general, la capacidad gestora de las gobernaciones en manos del MAS deja mucho que desear, algo que también sucede en los municipios.
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Entre las alcaldías, las que ostentan mayores niveles de aprobación de gestión están en manos opositoras, desmintiendo la tesis de que la subordinación al gobierno central es el pilar fundamental para hacer obras.
La ineficiencia de gestión del MAS en los gobiernos departamentales y municipales se debe a varios factores, como el intenso faccionalismo de un partido donde el único punto de confluencia es la figura del caudillo Evo, las inclinaciones cleptocráticas y anti-institucionales de una militancia arribista, y el rechazo populista de toda meritocracia o tecnificación.
Un cúmulo de elementos que ya comenzaron a instaurarse en Beni bajo el interinato de Haisen Ribera, y que podrían intensificarse bajo una hipotética administración de Jessica Jordan…