
Además del holandés, existen otros museos eróticos dignos de ser visitados.
Por ejemplo, el Beate Uhse Erotik-Museum, de Berlín, que pertenece a una cadena de sex-shops. Con más de 5.000 piezas expuestas, entre objetos de arte antiguos y modernos, y una colección de films eróticos clásicos, se erige como el mayor museo sexual de Europa.
En París, el visitante interesado en el erotismo humano no puede dejar de sorprenderse por la selecta colección del Moulin Rouge; y el Museo Erótico de la capital danesa sorprende por sus obras de arte sensuales. En Nueva York, el MoSex no deja a nadie indiferente.
Fuente www.muyinteresante.es
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