Emilio Martínez
1.Luego de los comicios institucionales del 2011 y 2013 se instaló una nueva alternancia cívica, que sustituye al viejo turno entre “tobos” y “cabas”. Ahora, el péndulo bianual oscilará entre dos nuevos polos: la alianza de ambas estructuras y los independientes.2.Las elecciones del pasado sábado arrojan un resultado híbrido: una fórmula ligada a sectores empresariales controla la presidencia del Comité Pro Santa Cruz, mientras que un frente de organizaciones sociales populares y universitarios se alza con las dos vicepresidencias. Si es bien administrada, esta dualidad puede derivar en complementariedad. Caso contrario, será un foco de tensión interna.3.La fortaleza del nuevo presidente cívico parece estar en su propuesta desarrollista, que apuesta a recobrar el rol del Comité como agente estratégico del crecimiento regional, atendiendo a proyectos como Mutún y Rositas y promoviendo el Pacto Fiscal.4.La interrogante gira en torno a la relación Comité-gobierno central. Todo apunta a que se descartará la retórica confrontacional, pero la entidad cívica tampoco debe convertirse en un salón de eventos para cócteles con funcionarios de gobierno.