El vicepresidente acaba de lanzar la curiosa teoría del “desorden institucional” que podría crear la sentencia del TCP, que declaró inconstitucionales varios artículos de la Ley Marco de Autonomías, precisamente aquellos que operaban como guillotina para suspender a autoridades electas (generalmente de oposición) mediante simple acusación de un fiscal.
Curiosa teoría, decimos, dado que implica una absoluta inversión de la situación real. ¿No fue acaso una ley con artículos inconstitucionales la que generó el “desorden institucional”?
¿No debería más bien el oficialismo, para preservar la estabilidad jurídica, abstenerse de promover normas que van contra la Constitución Política del Estado?
En democracia, se impone escuchar todas las opiniones y trabajar por el máximo de concertación posible a la hora de legislar, principio básico que el Movimiento Al Socialismo ha desconocido para, en cambio, atropellar con su rodillo parlamentario.
De ahí que, cuando se discutía la Ley Marco, se hiciera caso omiso a las voces que, desde las fuerzas opositoras y desde los Colegios de Abogados, advertían que el mecanismo de suspensión rompía el ordenamiento constitucional.
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
Si se escuchara más y se monologara menos, se podría haber evitado esta confusa situación.
Pero, claro, debe tenerse en cuenta que en el poder están aquellos que, algunos años atrás, intentaron otro tipo de “desórdenes institucionales” mediante la lucha armada en plena democracia…