Las tierras productivas más caras están en Santa Cruz


En Bolivia el valor comercial de la tierra con vocación agrícola y pecuaria fluctúa entre $us 100 y 15.000 la hectárea. En el norte, donde se cultiva soya y caña, la hectárea vale hasta $us 10.000; en los valles, igual extensión, con sistema de riego, $us 15.000. En el resto del país el valor de la tierra es menor.

El Deber, Santa Cruz

En Bolivia el valor comercial de la tierra con vocación agrícola y pecuaria fluctúa entre $us 100 y 15.000 la hectárea, según un sondeo hecho a organizaciones sectoriales e instituciones que apoyan diferentes proyectos productivos en el país.



Altos precios de los alimentos y productos que concentran la oferta exportable en el contexto internacional, construcción de carreteras, constitución de proyectos agrícolas gestados con capitales foráneos, conclusión del proceso de saneamiento, capitalización de proyectos inmobiliarios y urbanísticos son, entre otros, los factores que se cree que favorecen a la valoración comercial de las tierras productivas a escala nacional. 

Acorde con datos obtenidos en la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), de Bananeros de Cochabamba (Caban), la Confederación de Ganaderos de Bolivia (Congabol), la Asociación Nacional de Industriales Vitivinícolas (ANIV), la Asociación Nacional de Productores de Quinua (Anapqui) y las fundaciones Proinpa y Valles Santa Cruz es la región que concentra las tierras más productivas y con mayor plusvalía del territorio nacional. 

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En áreas de producción de soya y caña, dispersas en el municipio de San Pedro, la hectárea en producción incrementó su valor comercial en los últimos cinco años desde $us 2.000 hasta 10.000. En los valles cruceños, igual superficie de tierra, vale hasta 15.000 si cuenta con sistema de riego.

En la otra vereda, Beni y Pando son los distritos que centralizan los fundos pecuarios y agrícolas con menor valoración. Empero, según Congabol, en los últimos años también la valoración de las tierras se hace sentir en dichas regiones.

En ambos distritos, una hectárea con un paisaje natural incrementó su valor de $us 40 a 100. En predios que disponen de pastizales, igual extensión, cuesta hasta $us 500.

La valoración de las tierras aptas para actividades agropecuarias es un fenómeno en auge que crece como una bola de nieve a escala nacional.

Así, por ejemplo, los altos precios y el mercado de exportación para la quinua activó desde el año pasado buenos negocios en La Paz. Según Anapqui, en Patacamaya -zona productora del grano- la hectárea subió de $us 500 a 1.500.

En Potosí y Oruro, que son grandes productores de quinua, la tierra no se negocia ni tiene precio. Se hereda.

En Chuquisaca, las parcelas con vocación agrícola que se concentran en el chaco son las más apetecidas. En zonas donde se cultiva maní, ají y frejol para exportación la hectárea de tierra en los últimos tres años duplicó su valor. Al presente, llega a costar $us 1.000.

El alza del precio de la tierra también se extiende a Tarija. En el valle central, donde se cultiva uva, hortalizas y frutas, el precio de la hectárea, en los últimos 10 años, subió de $us 2.000 a 10.000. En Chapare (Cochabamba), en zonas productoras de banano y palmito, según Caban, una hectárea remontó de $us 500 a $us 1.500 y 2.500.

Preocupan tres temas

En Santa Cruz, a decir de la CAO, las invasiones a predios agrícolas en producción, la sequía y el acceso a mercados externos sin restricción para exportar son temas que tienen en la incertidumbre a los productores agrícolas y pecuarios.

Atribuyen que la traba para exportar desincentiva a los agricultores y resta la producción.

En torno a los avasallamientos, la CAO cree que la valoración de las tierras volvió atractivo el negocio que gira en torno a la compraventa. Piden al Gobierno acelerar la ley que castiga esta acción ilícita.

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Pormenores 

Ley para el sector

El 12 de enero, el Ejecutivo promulgó la Ley 337 del Gobierno de Apoyo a la Producción y Restitución de Bosques que prevé expandir el área de producción de alimentos de 1,1 a 1,7 millones de hectáreas hasta el 2018.

Tierras para producir alimento

De acuerdo con el Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal (Iniaf), en todo el territorio nacional hay más de   5 millones de hectáreas deforestadas, cuatro serán rehabilitadas para producir alimentos.

Plusvalía reprime la expansión productiva

“Nosotros somos agentes de producción e intercambio comercial de alimentos, aunque eso no significa que concentremos grandes capitales. El precio que alcanzan los predios agrarios en el oriente es un factor que reprime la actividad del sector y limita la ampliación de la frontera agrícola, no tenemos capital para comprar tierras”, indicó Isidoro Barrientos, titular de la Cámara de Pequeños Productores Agropecuarios del Oriente (Cappo).

No obstante, el dirigente dio cuenta de que los pequeños agricultores dispersos en zonas productivas del oriente vienen cultivando en las áreas que disponen para cubrir la demanda interna de alimento y el excedente exportarlo.

En este último punto, Barrientos indicó que coordinan con el Gobierno para abrir las fronteras a la producción nacional y así respaldar el trabajo de los asociados a la Cappo.

Referente al alto precio que alcanzan predios agrícolas en Santa Cruz, el viceministro de Desarrollo Rural y Tierras, Víctor Hugo Vásquez, prefirió no comentar al respecto, dado que, según él, no conoce del tema. 

Consultado si la seguridad alimentaria corre riesgo de debilitarse por la limitación de los pequeños agricultores para acceder a tierras por los altos costos que alcanzan, Vásquez considera que esa hipótesis es lejana. 

El viceministro adelantó que este año el Gobierno tiene previsto destinar Bs 1.500 millones para potenciar a los sectores productivos del país. En ese marco, detalló que desde el Gobierno se potenciará el programa Mi Agua, que hasta el momento benefició en mayor porcentaje a pequeños y medianos productores. Anunció que el Gobierno facilitará créditos a grandes productores para alentar mayor producción.

Sectores productivos recordaron al Gobierno temas pendientes, como la reglamentación de la Ley de la Madre Tierra, que veta el uso de semillas transgénicas; la ampliación de dos a cinco años de la Función Económica Social (FES), entre otros.

  Punto de vista 

“La tierra se volvió una mercancía”

Alcides Vadillo | Dtor. Fundación Tierra

El incremento del precio internacional de los alimentos repercutió en lo nacional. Impactó en la subida del costo de los alimentos de la canasta básica en el contexto interno, promovió la ampliación de la frontera agrícola más allá de las leyes ambientales e hizo encumbrar el valor de la tierra, porque se volvió una mercancía.

La diferencia de precio de la tierra en Bolivia comparada con países vecinos no guarda relación. En Brasil y Argentina son cuatro veces más caras. Es por eso que empresarios brasileños, argentinos y, últimamente, paraguayos y colombianos, prefieren invertir en el país, aún asumiendo que existe un mayor riesgo o menos seguridad jurídica que en su propia nación. El costo beneficio es mayor.

Un factor nacional que alienta la plusvalía de la tierra tiene que ver con la acumulación de capital y poder económico que generan ciertos sectores sociales, principalmente campesinos de los valles cruceños y de Chapare, y que están invirtiendo los excedentes alcanzados en tierras aptas para la agricultura. 

La demanda de terrenos del sector campesino en el oriente, como una perspectiva de producción o de negocios después de haber conseguido el derecho propietario, es otra variable que intervino directamente en la valorización de la tierra.

¿Este auge de venta de tierra supone garantizar la seguridad alimentaria del país? La certidumbre alimenticia no se garantiza por la variable cuánto se produce, sino qué se produce, para quién y cómo.

De 2 millones de hectáreas que se producen en Santa Cruz, uno es soya. Eso no garantiza seguridad alimentaria, avala una escala de economía, producción, ingreso y trabajo para un sector de la población.

El sistema de cultivo vigente es muy depredador. Se desmonta y deforesta sin planificación. Se está degradando al recurso tierra. Producir más no siempre significa garantizar la seguridad alimentaria.

Reacciones 

Auge comercial alienta subida

Víctor Eid | Directivo de la cámara de bananeros de Cochabamba

“El boom del alto valor comercial de predios con vocación agrícola también está presente en Chapare. La disponibilidad de efectivo derivado del narcotráfico y los altos precios internacionales del banano y palmito dispararon la plusvalía de las propiedades agrícolas”.

Valor de alimentos interviene

Carlos Bejarano | Técnico de la fundación Proinpa regional Chuquisaca

“La suba del precio internacional de la oferta exportable (maní, ají, maíz y frejol) hizo elevar la plusvalía de las tierras en el chaco, principalmente en Monteagudo y Huacareta. En los últimos tres años el            valor de la hectárea se                      duplicó a más de $us 1.000”.

Titulación presionó a la suba

Mario Hurtado | Titular de la confederación de ganaderos de Bolivia

“La titulación y conclusión del proceso de saneamiento

desató un auge comercial de  tierras pecuarias. Una hectárea con relieve natural incrementó su valor de $us 40 a 100; mientras que en predios con pastizales, igual extensión, se cotiza hasta en $us 500”.

Minifundios influyen en precio

Ricardo Ortuño | Asociación de industriales vitivinícolas de tarija

“La erosión del suelo en el valle central hizo declinar la oferta de superficie agrícola a minifundios. Esto elevó el valor de la tierra, principalmente en zonas productoras de uva, hortalizas y frutas. En la actualidad la hectárea se oferta y vende hasta en $us 10.000”.