Bismarck KreidlerPasó el carnaval, la fiesta grande de los cruceños.Tanto en la capital como en las provincias se vivió una fiesta plena de entusiasmo y alegría, cultivando nuestras tradiciones y nuestra música carnavalera.Lo primero para destacar es que el índice de criminalidad cotidiana no se reflejó en los días de carnaval. La policía tuvo menos trabajo que otros años .Ello quiere decir que los carnavaleros cumplieron en buena medida las recomendaciones de un buen comportamiento.Hasta el corso, en la capital, fue un carnaval hermoso, espléndido con la reina Daniela que fue protagonista en todo, junto a Los Bohemios. Después lo de siempre, la bulla callejera, la pintura, las mojazones y las pintarrajeadas de paredes, que ya se hizo costumbre, debido a que este incumplimiento de la norma no es penado.Especialmente la gente joven es la que no respeta edificios públicos ni paredes de establecimientos comerciales para dejar su huella carnavalera, la pintura y algunas inscripciones, que deben ser penalizadas.Pasó el carnaval y ¿qué viene después?Para el mundo católico, la cuaresma: El arrepentimiento, en términos de reencauzar conductas equivocadas.Pero, lo más importante, después de carnaval, es seguir con el ritmo de trabajo que caracteriza a la región para continuar produciendo y para dar mayor impulso al desarrollo cruceño.Santa Cruz no puede parar, pese a las cortapisas del gobierno, especialmente en lo que hace a las exportaciones de productos que han llegado a abastecer y a saturar el mercado nacional.Se viene el 26 de febrero, cumpleaños de Santa Cruz de la Sierra, – debería ser feriado ese día, no? -por ser el día de su fundación a orillas del arroyo Sutó, en San José de Chiquitos. Ese día será la posesión de la nueva dirigencia del Comité pro Santa Cruz que iniciará una nueva etapa en el afán de sustentar la acción cívica y cruceñista y la unidad de los cruceños, frente a las amenazas permanentes del centralismo de no dar avance al departamento más poblado del país, aunque de dientes para afuera se hagan los carnavaleros en una fiesta que no la sienten ni la entienden.Se vienen días de lucha, desde las instituciones democráticas, partidos políticos, instituciones de defensa de la legalidad y del Comité pro Santa Cruz para devolver el ejercicio de sus funciones a las autoridades y concejales que han sido burdamente apartados de sus actividades.Esta lucha es la que se debe encarar lo antes posible para hacer respetar el voto popular, a despecho de pequeños tumultos de gente manejada que dice no estar de acuerdo con el retorno a sus funciones, de los que fueron elegidos por el pueblo, como es el penoso caso de los siete concejales de la capital.Se viene la lucha para interpretar y hacer respetar los datos del censo 2012, que trae beneficios directos a Santa Cruz, por ser el departamento más poblado del país.Se viene la lucha sin desmayos para reclamar acciones que contribuyan al desarrollo de la región y del país como el yacimiento del Mutún, el proyecto hidroeléctrico Rositas, el mantenimiento y mejoras de carreteras y mayores recursos para salud y educación.Santa Cruz, después de carnaval. A seguir haciendo lo que sabe hacer, trabajar, para generar más empleos, producir más para alimentar al país y dar mayor bienestar a la población.