El limbo, el purgatorio o el infierno


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Ese parece ser el problema existencial en el que se colocan algunos periodistas y analistas ante la actual coyuntura en la que afirman que gobierno de Evo Morales va irremediablemente camino a una dictadura, pero a su vez se hacen eco de los fantasmas que la dictadura en ciernes invoca permanentemente para crear justamente un estado de bloqueo que entrampe a los bolivianos en la inanición, en la actitud de no se muevan porque el que no se hace el muerto peligra con ser incriminado, mejor no se jueguen por nada y no se desmidan en sus opiniones para no arriesgarse a  mostrarse contrarios a los fantasmas a los que invoca permanentemente el régimen a fin de entrampar a los que son incautos o porque no también periodistas que se han inclinado a fungir como colaboradores.

Filemón Escobar viejo lobo de la política le dijo en días pasado a Reimy Ferreira, Rector de la UGRM, en una entrevista en el que debatían sobre la coyuntura política, que no es tiempo de hacerse a un lado o de ponerse al medio porque la realidad boliviana ya está polarizada y ante una situación de esta naturaleza hay que jugarse, pues necesariamente el presente nos colocan ante una decisión que no es el justo medio.



En este tenor se plantea la posición de quienes se sienten ante un dilema, reflejando con esto la crisis existencial del periodismo, analistas y ciudadanos entrampados algunos en la realidad polarizada y en las trampas que además crea sin descanso el gobierno en la medida que fabrica y fabrica fantasmas para quitarle el sueño a los que creen que la defensa de la democracia y la libertad se puede dar en un terreno abstracto, neutral e incontaminado de impurezas pasadas y presentes.

Si se reconoce que Bolivia avanza hacia la instauración de un régimen dictatorial, no se pueden recargar las tintas y las culpas por igual en las acciones gubernamentales, por una parte, y los desaciertos de la oposición, por la otra. No se puede repetir el estribillo de la oposición antidemocrática, sin considerar que esto también ocurre porque el gobierno es antidemocrático y debería ser democrático pero se encarga de ser el principal promotor de imponer y regular un sistema de vida autoritario entre los bolivianos.

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Se constituye en un exceso cuando para salir al paso se dice que la oposición antidemocrática es el principal sostén del totalitarismo en ciernes. Salvando las distancias esto suena a esa teoría machista que suele sostener que el violador comete el acto aberrante porque de alguna manera su víctima se prestó a admitirlo.

Algunos aspectos por supuesto que son puntos de vista que invocan a un planteo ético-existencial como es el decir quien está libre de culpa que tire la primera piedra, pero todas estas disquisiciones supuestamente morales vienen a su vez recargadas y contaminadas con el irremediable fantasma invocado por el gobierno a cuenta de plantearnos que estamos expuestos a la ingerencia de fuerzas externas a las que ahora se les ha dado por poner nombre y procedencia y que supuestamente tienen el propósito de crear en el territorio nacional un escenario de enfrentamientos, que responderían a un clima creado por algún tipo de fanatismo, hacen lo mismo respecto a los autonomistas ahora sindicados de actos terroristas.

El problema es que en un país polarizado, quienes quieren conducirse de manera imparcial, muchas veces siguen dándose cuenta o no las huellas y pistas que les deja el gobierno para invocar a quienes serían los sindicados de una intervención externa o de actos secesionistas, todo esto a simple denuncia y sin pruebas, algo que sólo viene a título de invocación del gobierno, que ya tantas veces ha mentido cuando se trata de establecer enemigos y repartir culpabilizaciones.

No podemos obviar que "n" veces el gobierno se ha encargado de sindicar de intento de magnicidio al gobierno de los EE.UU de Norteamérica, e incluso a dos chicos que tomaron desprevenidos en la calle con un viejo mauser.

Por eso es que quienes creen de buenas a primera en la existencia de fantasmas intervencionistas externos, tomando como referencia las simples sindicaciones del gobierno adoptan en realidad una conducta farisaica o hipócrita, puesto que creen sin más en estos cuentos chinos, sin considerar que el país ya está intervenido, pues que otra cosa es que no sea una intervención flagrante, el grado de intromisión y las acciones directas que toman en nuestro país los servicios de inteligencia venezolano- cubanos, amén de las bravuconadas de Hugo Chávez que opina, amenaza, recibe a Evo y lo sostiene en brazos intentando mostrar al mundo que “el pobre indio ha estado a punto de ser magnicidiado”.

Otro himno a la bandera es decir que se considera que es tan grave el peligro de que eso ocurra, que se está invocando insistentemente la intervención de organismos internacionales que contribuyan a un esclarecimiento. Vaya, esto ya se sale de la raya, pero si han venido los organismos internacionales, pero que otra cosa es UnaSur y Mattarollo, que otra cosa es la OEA y el famoso Señor Insulza, que otra cosa es la ONU y todos los que han contribuido a afianzar al gobierno de Evo y a hacer la vista gorda a las violaciones de derechos y libertades, diciendo que no han visto nada que se parezca a una violación de derechos en Bolivia.

Y el manejo del justo medio cae por si solo en la pretensión de habitar en el limbo, pues esta es la postura de aquellos que jugando a estar en el medio se deciden a cargarle todas las tintas al lado que quiere incriminar el gobierno, complaciéndolo así mientras apoyan sus fantasmas así lo llamen de "dictatorial" como quien dice coca cola, pues finalmente lo dejan en todo como la voz cantante.

Es que no nos cabe duda que es grande la maquinaria comunicacional del gobierno y que en todo este manipuleo ya existen algunos…, los que menos se cree, que están colaborando al régimen pero a cuenta de implementar un juego de cintura fenomenal como es el de entrabarse en supuestos dilemas tales como dejar en vilo el hecho de que los extremos se están peleando con fines extremos, de tal manera que matan de un tiro toda defensa democrática que de este modo finalmente acaba descalificada y planteada como parte del supuesto extremismo que existe, esta es la mejor manera de desarmar toda oposición o disidencia; ¡que gallos que son para seguir el guión!, en eso hay que aplaudirlos.

La pucha, menos mal que algunos ya se los puede identificar, por lo menos se van dejando ver, pero digamos, está bien, ok, digamos que tienen su corazoncito, que tienen sus inclinaciones o algún tipo de interés para ajustarse al guión dictado por el Ejecutivo, pero cae de maduro que por lo menos y además deberían preguntarse por lo que es plausible y tienen pruebas y que tiene que ver con una pregunta obligada en la que debemos cuestionar el porque estamos enfilando tan aceleradamente y con pruebas en mano por el camino emprendido por Chávez y Venezuela, al Castro-comunismo-chavista.

Al rábano con la hipocresía, finalmente sabemos que existen modos para hacerse los del otro viernes, protestar sin protestar, hacerse los del discurso medianero cuando en realidad se está admitiendo inocular el virus que el gobierno está inoculando y que es desviar la atención de la verdadera esencia violatoria de los hechos violentos, y de los verdaderos protagonistas y que para eso necesitan del periodismo amarillo que cae en el discurso de no admitimos nada pero finalmente admitimos todo lo que el poder quiere posicionar como verdad y nos incita a que admitamos.

Esa es la manera falaz con la que algunos dan por hecho lo que les sirve de telón de fondo para quedar bien con el régimen, colocándose en la medianera, aunque en realidad no lo están porque haciendo que no lo hacen se inclinan por uno de los extremos. Quizás creen que a fuerza de maniobras como estas van a mantenerse fuera de los caminos que conducen al infierno. En circunstancias como la actual no existe el limbo o en el purgatorio, nadie nos está trayendo embasado el infierno, ya estamos dentro del infierno, estamos ardiendo en el infierno.