¿Ala derecha en el MAS o fortalecimiento de la “línea Arce” tras el caso Dávila?


La estructura económica y operativa del ex presidente Morales podría resultar afectada por la investigación internacional. Ven a Evo “cautivo de su propio partido”.

 Días atrás, Evo Morales habló de una presunta “ala derecha” en el MAS, que “coincide con Estados Unidos en el tema narcotráfico”. ¿Qué hay detrás de esto? ¿Es un síntoma del impacto interno que tiene la indagatoria de la DEA? Para profundizar en la cuestión, desde eju.tv entrevistamos al analista Francisco Xavier Solares, ex presidente del Colegio de Internacionalistas de Santa Cruz.



eju.tv: ¿Las declaraciones de Evo son una chicana de cara a la interna del oficialismo? ¿Un pedido de protección gubernamental?

Francisco Xavier Solares: Evo Morales está acostumbrado a generar divisiones y polarizaciones. Siempre parte de su estrategia política de posicionamiento fue abrir grietas donde no existen o inventarlas. La palabra derecha sigue siendo utilizada por Morales hasta de manera personal, como si fuera propia.

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Al afirmar que hay un ala derecha dentro del MAS, lo que dice realmente es que existe un grupo totalmente antagónico a sus intereses, que pretende destruir su legado como líder único del Movimiento Al Socialismo.

Que coincida esa supuesta ala con el gobierno de Estados Unidos está denotando un alineamiento con ciertos intereses del Partido Demócrata, con el gobierno de Biden, mientras que Morales se alinea más bien a un socialismo amparado en el tema del narcotráfico, donde hay pugnas a nivel regional entre cárteles colombianos y mexicanos.

El gobierno no tiene un control de la situación. Evo está tratando de hacer un llamado de control gubernamental a las bases tradicionales, los grupos cocaleros. Para Evo, ellos son gobierno y no Arce.

Más allá de esa frase puntual, ¿cómo ve el panorama interno del Movimiento Al Socialismo en cuanto a facciones? (Posiciones ideológicas, étnicas o corporativas).

Claro que existen fracciones, divisiones internas. Eso quedó en evidencia después de la salida de este caudillo que se autopercibía como el emperador del país y como el único comandante del Movimiento Al Socialismo. Son pugnas de poder que se dan después de la huida, tras el fraude del 2019, cuando Morales crea la posibilidad de que se abra una caja de Pandora dentro del MAS.

Arce entendió lo delicioso del poder y de ya no depender de alguien. Evo Morales pasó a ser un cautivo en su propio país, de su propio partido y de las nuevas autoridades.

La línea de Luis Arce está tomando mucho las riendas de la política económica del país. En el gabinete establecido inicialmente había alguna representación de Evo Morales, pero existe un realineamiento de esas autoridades hacia la línea de Arce. Evo ya no lo ve como el comodín que le podía servir para su retorno.

El MAS está generando un escenario para una implosión que va a arrastrar no solamente a los movimientos cocaleros y a los otros grupos del Pacto de Unidad, sino también a instituciones del Estado como la Policía y las Fuerzas Armadas. Eso es muy peligroso para el sistema democrático.

¿Cuán profunda es la herida sufrida por el liderazgo de Evo Morales en el MAS con el caso Dávila?

El caso afecta sin lugar a dudas a los intereses corporativos que tiene Evo Morales hacia afuera, al exterior. Dávila formaba parte de una cadena de tráfico de droga que partía con la anuencia del gobierno de ese entonces, teniendo como proveedores y operadores a los cárteles instalados en el Trópico de Cochabamba, junto a las seis federaciones de cocaleros.

La investigación se da sobre la línea de quienes sirven con Evo Morales. Su estructura empieza a sufrir y esto va a tener consecuencias graves para su operatividad, desde el punto de vista del financiamiento económico y porque tendrá cierto rechazo político internacional, que lo va a afectar en caso de que quiera retornar al poder.

Va a salir muy golpeado. Empiezan a cortarse muchas de las intenciones que pueda tener, con una imagen negativa, sin apoyo y con un rechazo generalizado. Junto a esto, se da el fortalecimiento de una nueva ala del MAS, con ciertas diferencias político-ideológicas.

Estados Unidos acaba de pedir la extradición (y ya logró la captura) del ex presidente de Honduras por protección al narcotráfico. ¿Otros ex mandatarios latinoamericanos deben poner las barbas en remojo?

Con el arresto y la solicitud de extradición contra el ex presidente de Honduras, el gobierno de Biden de manera mediática dirá que está luchando contra el flagelo del narcotráfico en la región. Hay redes muy grandes, corporativas, de políticos, empresarios y sectores sociales que forman parte de ellas.

Esto servirá para generar una nueva línea de política exterior norteamericana, con alineamientos hacia nuevos actores de la región. El objetivo es generar una corriente de opinión.

No creo que lleguen a más detenciones de altas autoridades, sino de personas en los mandos intermedios que van a tener que caer.

Edición y entrevista: Emilio Martínez

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