Los ucranianos escapan de Ucrania, pero los rusos también huyen de Rusia. Con la suspensión de los vuelos a Europa, todavía hay una forma rápida, segura y barata de llegar a ella. Es el tren de San Petersburgo a Helsinki, Finlandia.
Con nuestro enviado especial a Helsinki, Frédéric Faux
Dos veces al día, el tren expreso Allegro llega desde San Petersburgo tras un viaje de tres horas y media. En el andén, muy pocas familias o amigos vienen a recoger a los pasajeros. La mayoría están en tránsito.
Helsinki es el camino más fácil, y uno de los pocos que quedan, para salir de Rusia y llegar a Europa. Y este hombre de cincuenta años, que arrastra dos grandes maletas tras de sí, no oculta sus razones para irse: «Putin es una mierda», dice. “Vamos a Letonia, somos residentes allí”, explica a RFI.
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El tren está reservado a los titulares de un pasaporte ruso o finlandés. También necesitan un visado y un pasaporte de vacunación. Por tanto, los rusos que pueden utilizarla son unos privilegiados, como Sara, que vive en parte en los Países Bajos.
Para ella, la angustia no ha terminado: «También estamos esperando a parte de nuestra familia que es ucraniana, van a venir a vernos a Holanda. Han huido a Polonia”, relata.
Algunos de estos rusos planean regresar. Otros no, como en el caso de Alexei. Este analista informático, acompañado de su prometida, quiere dirigirse a España.
«No nos sentimos seguros en nuestro propio país. En Rusia puedes ir a la cárcel por nada. No pensamos volver”, asegura.
Las autoridades finlandesas desean poner en marcha más trenes, abiertos a todos los europeos, pero los rusos aún no han respondido a estas peticiones.