Estados Unidos hizo historia este 7 de abril cuando el Senado confirmó a Ketanji Brown Jackson, designada por el presidente Joe Biden, como la primera jueza negra de la Corte Suprema.
Con nuestro corresponsal Xavier Vilà, y la AFP.
Si bien la mayoría conservadora no cambiará en el alto tribunal con la confirmación de Ketanji Brown Jackson, su llegada a la Corte Suprema estadounidense supone un hito histórico al convertirse en la primera mujer de raza negra en conseguirlo.
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El líder demócrata del Senado, Chuck Schumer, subrayó la trascendencia de la elección de Brown en un país altamente polarizado en cuestiones raciales: “Este hito se debió producir generaciones atrás, generaciones atrás, pero estamos siempre escribiendo el camino hacia una unión más perfecta. Sin embargo, América hoy toma un paso adelante gigantesco para hacer una unión más perfecta”, dijo.
Jackson, de 51 años, fue confirmada en el Senado por 53 votos a favor y 47 en contra, contando por tanto con tres votos de la oposición republicana. La antigua juez de apelaciones, con nueve años de experiencia en tribunales federales, tomará el puesto vitalicio del juez Stephen Breyer, que dejará el cargo por voluntad propia a final del verano.
Cuatro de los nueve jueces de la Corte Suprema serán mujeres una vez que Jackson asuma el cargo, lo que la convierte en la corte más diversa de la historia, aunque todas ellas estudiaron en la facultad de derecho de Harvard o Yale. De los cinco jueces hombres, cuatro son blancos y Clarence Thomas es afroestadounidense.
Acusaciones
Los republicanos acusaron a la jueza de ser «blanda» con casos de pornografía infantil, a pesar de que su historial de sentencias está en la línea con el de otros jueces federales.
Otros insinuaron que simpatizaba con los terroristas por haber defendido como abogada de oficio a presos de Guantánamo y uno incluso sugirió que habría simpatizado con criminales nazis.
Lisa Murkowski, una de los tres republicanos que apoyó a Jackson, señaló en un comunicado que su respaldo era en «rechazo a la politización corrosiva del proceso de revisión». Otra republicana partidaria de Jackson, Susan Collins, coincidió con ella.
Pese a todo Jackson ha mantenido un fuerte respaldo entre la opinión pública. Una nueva encuesta de Politico/Morning Consult mostró que casi la mitad de los votantes estimó que el Senado debería apoyarla, frente al 26% que se oponía y un 25% que no opinaba.