Las hijas de Warnes

 

Finalmente hemos podido comprobar que la casa de las hijas de Ignacio Warnes está frente a la plaza de Cotoca, en la esquina noroeste. Probablemente allí concibió a su hija Manuela Antonia Warnes Cortés, en tiempos en que fortalecía el Cuartel de Jitapaqui, en las cercanías. Luego de un estudio, verificamos que allí vivieron sus dos hijas y la heredera María Warnes. Veamos cómo fue la cosa.



El Libertador Ignacio Warnes tuvo 5 hijos cruceños, 3 mujeres y 2 hombres. El investigador Jorge Hurtado Hervas nos dio referencias de cuatro de ellos: María Antonia Warnes Cortés, Guadalupe Warnes Gil, Alejandro Warnes Saavedra y Manuela Antonia Warnes Montero. Esta última era hija de Micaela Montero Vaca, hermana de Rosa, madre de José Manuel Mercado “el Colorao”.

Dice J. Hurtado que en la cotoqueña María Cortés Ignacio tuvo por hija a María Antonia Warnes Cortés, conocida como “La Vecina”. En 1845 se casó en la iglesia La Merced con el tarijeño José Joaquín Pantoja Murillo.

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Manuela Antonia Warnes Montero nació el 13 de junio de 1816 y casó el 20 de noviembre de 1836, a la edad de 20 años, con su pariente Loretano Vaca.

Alejandro Warnes Saavedra, tercer hijo de Ignacio, en 1845 tuvo por hija a Ignacia Warnes Pedraza. Alejandro casó con Jacinta Salazar Mancilla.

La investigadora uruguaya Selva Casaballe en su trabajo sobre Micaela Montero plantea la posibilidad de que María Antonia Warnes Cortés podría haber nacido en 1814, en Cotoca; que Alejandro Warnes Saavedra pudo haber nacido a fines de 1815 o inicios de 1816 en Cordillera y, finalmente, plantea la tesis de que Guadalupe haya nacido en Chiquitos, meses después de la victoria de Santa bárbara (1816), posiblemente hija de María Trinidad Gil.

No hay más datos de Guadalupe y, más adelante, veremos que María Warnes es de otra generación.

Sobre Alejandro Warnes Saavedra, el historiador chaqueño Franz Michel encontró en los Archivos Judiciales de Lagunillas que, en el año de 1862, “reclama y denuncia por el robo de un lote de ‘jergas’ y una escopeta de dos cañones a fulminante que había sido de su padre… Alejandro Warnes se dice tenía 45 años ‘poco más o menos’”.

El quinto hijo de Ignacio Warnes lo encontró recientemente el investigador Ronald Hurtado. Según su partida de bautismo, Pedro José Warnes Oropesa, nació en Salsipuedes – Pucará el 29 de abril de 1815; hijo del Gobernador Ignacio Warnes y de doña Josefa Oropesa. El documento dice literalmente que es “hijo natural del señor Gobernador…”

De esta rama podrían descender los Warnes del pueblo denominado “San Juan del Chaco”, cerca de Vallegrande, aunque no descartamos la opción de Alejandro, planteada en nuestro libro sobre la Independencia. A comienzos del siglo conocimos a los ancianos Anacleto y Benigno Warnes Arévalo, con una vasta descendencia.

Una hija de los Warnes varones vivió en Santa Cruz de la Sierra. Tenemos en nuestros archivos la escritura de fecha 27 de julio de 1926 en la que doña Juana de Dios Warnes es propietaria de una casa en la calle Mercado, esquina independencia, de nuestra ciudad.

Entremos en la historia. En los últimos meses de 1813 Warnes reorganiza el Ejército Cruceño y se instalan los cuarteles en la ciudad, en Las Horcas y en Jitapaqui, a poca distancia de Cotoca. Ese año envió cruceños a las filas de Belgrano y también solicitó la venida de tropa y de músicos desde Mojos, los cuales llegaron en diciembre, según su correspondencia.

Pero a principios de 1814 el gobernador tenía sus ojos puestos en Vallegrande. El 22 de febrero de ese año Warnes le comunica a Alvares de Arenales lo siguiente: “Lo que conviene por ahora, es que consolidemos nuestra fuerza y para ello es preciso que los caminos por donde pueda el enemigo internarse se cierren enteramente, dejando uno para que puedan ir y venir nuestros espías al Vallegrande… Ya tengo inutilizado el camino viejo de tal suerte que un gato no puede pasar por él…»

Luego vendrá la Victoria de Florida, el 25 de mayo y, por la fecha de nacimiento de su hijo Pedro José, sabemos ahora que estuvo los dos meses siguientes entre el Chaco y los Valles cruceños. Enseguida vendrá la campaña de Chiquitos (1815) y finalmente la Batalla de El Pari (1816).

Hernando Sanabria Fernández en uno de sus registros dice que después de la batalla del Pari, Mercado partió a Chiquitos “dejando encargo a su señora madre doña Rosa Montero, para que, con Micaela, familiar de ésta y la recién nacida María Antonieta, hija del sacrificado Warnes, se refugien en la misión de Saipurú, en Cordillera. María Antonieta había nacido un mes antes del heroico sacrificio de su padre. Warnes tenía por ella una especial predilección”. Más adelante veremos el nombre correcto de la niña.

El historiador Mariano Zambrana registró lo siguiente: Por el año 1820 “Aguilera tomó prisioneras a la madre de Mercado, Rosa Montero, a una tía del mismo, llamada Micaela y a la hija de ésta y de Warnes llamada Manuela Antonia; las condujo a Santa Cruz donde guardaron su prisión, y cosa rara: el tirano gastó con estas pobres mujeres mucha consideración y respetos…” (Sic). Tiempo después Aguilera le pedirá alianza a Mercado, durante la llamada “Guerra Doméstica”.

Pero volvamos a la hija cotoqueña. Hay un tema que aún debemos resolver.

De acuerdo a una nota de prensa del año 1906, falleció en el pueblo de Cotoca la Sra. Antonia Warnes, “La Vecina”, hija del coronel Warnes.

Sin embargo, en un aviso judicial, fechado el 2 de febrero de 1920, encontrado por el historiador Bismark Cuéllar, doña María Warnes se encuentra en Cotoca “inhábil” pero viva, en la esquina Norte de la Plaza. Hasta aquí ya nos dimos cuenta que son dos personas… Pero falta una.

El testamento de Manuela Antonia, encontrado por el investigador Julio Ernesto Osuna, dice textualmente que la dama vivía en el vecindario de Cotoca e hizo redactar el documento en 1898.

Hasta aquí ya son tres personas diferentes: Antonia, María y Manuela Antonia. No hay duda de que las han confundido en los diversos anuncios… como seguramente confundido está usted, amable lector.

El Boletín No. 3 de la Sociedad de Estudios Geográficos e Históricos de Santa Cruz dice que Manuela Antonia “La Vecina” murió “a los noventa y tantos años”; pero una nota de prensa de la época dice que falleció a los 115 años, lo cual es imposible porque en 1791 Warnes no estaba en Santa Cruz.

Lo más probable es que el redactor haya anotado “nacida en 1815” y luego confundió en la redacción final. Pero ¿“La Vecina” es Manuela Antonia Warnes Montero (n1816) o Manuela Antonia Warnes Cortés (n1815)? Por su lugar de nacimiento y la confianza del vecindario, sería la cotoqueña, tal cual lo afirma Jorge Hurtado. Entonces, quien redactó la nota de 1906 recibió la noticia de segunda mano o la hermana heredó el sobrenombre.

De otro documento encontrado por Osuna, sabemos que doña Manuela Antonia Warnes Montero en 1873 era “vecina de Comarapa, viuda, mayor de edad, comerciante de buena cualidad americana española, persona capaz…” Esto podría significar que Manuela Antonia vivió primero cerca de su hermano en los Valles Cruceños y, ya madura, se quedó con su hermana en Cotoca.

¿Estarán enterradas ambas hermanas en el patio de la Iglesia de Cotoca? Habría que buscar en los archivos del templo y plantear una tesis del lugar preciso, según los tiempos.

Manuela Antonia, hija de Ignacio Warnes con María Cortez, se había casado con Joaquín Pantoja en 1845. De ahí la descendencia de la familia Pantoja en Cotoca y en Santa Cruz de la Sierra, incluyendo al líder de FSB Dr. Rommel Pantoja Pantoja.

Yo creía que había resuelto el tema de las hermanas Warnes en Cotoca: Una que murió en 1906 y otra por el año 1920. Pero en el proceso final de consulta Don Ronald Hurtado me envió el acta de defunción de Manuela Antonia Warnes Cortés, esposa de Joaquín Pantoja.

Entonces, lo ordenamos así:

– Manuela Antonia Warnes Cortés “La Vecina”, murió el 1 de setiembre de 1883, según acta de defunción, con unos 66 años (R. Hurtado). Entonces nació a inicios de 1817 y no en 1815, salvo error en el registro o en lo que decía la persona en vida (eso de “quitarse años”).

– Joaquín Pantoja, viudo de Manuela Antonia, murió en Cotoca el 26 de junio de 1886, según acta de defunción, con 68 años (R. Hurtado).

– M. Antonia Warnes Montero, a quien también llamaron “La Vecina”, muere el 25 de abril de 1906, según aviso de prensa, con 90 años (B. Cuéllar, J.E. Osuna y Boletín SEGH). Había nacido el 13 de junio de 1816 como afirma Jorge Hurtado Hervas (antes de la batalla de El Pari).

– María Warnes, está viva e inhábil en 1920, según consta en el aviso judicial del 2 de febrero, en el diario “El País” No. 886, del 3 de febrero de 1920, Pag. No. 3 (B. Cuéllar). Si fuera hermana, tendría unos 104 años; pero no lo era, como veremos más adelante.

Según Casaballe, Manuela Antonia Warnes Montero firmaba “Antonia Warnes, a secas”. Esto, obviamente, es un tema personal identitario, al existir otra persona con el mismo nombre. Por ello, conviene poner siempre sus dos apellidos o solamente Antonia, como aparece en la nota de prensa de 1906.

No es casualidad esto de la repetición de nombres en la familia Warnes, pues el padre de Ignacio, Don Manuel Antonio José Gervasio Warnes, tenía 31 hijos, de los cuales 30 (treinta) llevaban José, Josefa y Josefina entre sus nombres. Los 16 hijos con la madre de Ignacio, Ana Jacoba García de Zúñiga, que era su segunda su esposa, todos llevaban ese nombre. Once de los hermanos llevaban el nombre Antonio o Antonia y sólo dos tenían Manuel y Manuela. Entonces no debemos extrañarnos que el prócer hubiera hecho lo mismo, en lo uno y en lo otro…

Inicialmente creímos que María era la sexta hija y que Hernando Sanabria la registró como “la recién nacida María Antonieta”. Por su parte, Selva Casaballe da por hecho que la hija de María Cortés era María Antonia; imaginamos que entre otras cosas consideró el nombre. Pero, ni lo uno ni lo otro.

Veamos. Entre 1883, que muere Manuela Antonia Warnes Cortés y 1920 que está viva María Warnes, hay 37 años de distancia…  ¿Sería María, más bien, nieta de Ignacio Warnes y tomó el apellido de su abuelo? o, tal vez, ¿Era hija de Alejandro Warnes Saavedra o de Pedro José Warnes Oropesa, cuyo padre la envió a Cotoca a cuidar a sus tías ancianas? Tampoco.

Amable lector, le estoy contando la historia de la historia, tal cual se fue descubriendo en este artículo. No tendría “chiste” si se lo cuento desde el comienzo de la lectura ¿no?.

Después de varias consultas y meditaciones, finalmente, Julio Ernesto Osuna nos sacó de la duda con un documento del 3 de diciembre de 1919, en el cual textualmente dice que “María Warnes es propietaria de una pequeña casa ubicada en el cantón Cotoca, que le dejó como legado su patrona Antonia Warnes”.

Entonces: Manuela Antonia Warnes Cortés (+1883) heredó casa y sobrenombre a su hermana Antonia (a secas) Warnes Montero (+1906) y ésta la heredó a su protegida María Warnes (viva aún en 1920).

Parece que la familia mantenía un periódico contacto. Doña Antonia Warnes Montero, era la “andante” porque se dedicaba al comercio y visitaba a sus hermanos y hermanas. La que recibía a la familia en Cotoca era Manuela Antonia Warnes Cortés, a quien le apodaban “La Vecina” seguramente porque entre 1816 y 1825, durante el gobierno de Aguilera, el apellido Warnes era innombrable para los realistas.

Seguirán las investigaciones y con el tiempo se encontrarán más detalles de los varones y de Guadalupe. Pero lo cierto es que, en aquella esquina, del santuario de Cotoca, vivieron las hijas de Ignacio Warnes y la casona hoy tiene un gran valor para los cruceños y para la historia de la Emancipación de América.

En la Casa Histórica de la familia Warnes – Pantoja, actualmente funciona un bonito restaurante, de propiedad de los descendientes, que conviene visitar para trasladarse en el tiempo. Convendría también, que la Alcaldía de Cotoca y la Sociedad de Estudios Geográficos e Históricos de Santa Cruz los ayuden a poner en valor el apreciable predio, conjuntamente con el antiguo Cuartel de Jitapaqui, cuya Caballería le brindó tantos servicios a nuestra América.

*adjunto documentación referida

 

Nino Gandarilla Guardia