El libreto rojo y negro

El comunismo internacional, siguiendo el cuadernillo propagandístico de Goebel, utiliza un libreto repetitivo pero que no se sale ni una línea de las frases hechas, construyendo delitos a través de golpes de comunicación. En forma normal y corriente se crean escenarios y se los presentan de una manera tal que a fuerza de repetirlos se conviertan en hechos irrebatibles e incuestionables.

laestrella2 Editorial La Estrella del Oriente

Esto es lo que estamos observando en Bolivia bajo el influjo del libro rojo y negro de Goebel, un libreto que está ahora de moda y ha sido bautizado en el presente capítulo con el nombre de “terrorismo”.



Para que el “terrorismo” cobre dimensión de realidad irrebatible es de vital importancia e imprescindible que quienes están interesados en afirmarlo proclamen a los cuatro vientos su existencia. 

Sin duda ahora y por muchas razones los cruceños han sido elegidos como objeto de persecución. Era menester que se encuentre un justificativo para que el control y la censura no parezcan cosa de locos ni una actitud de sometimiento por sometimiento y punto. 

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Este es el motivo por el que más allá de algunos errores fruto de la controversia y polarización de ideas que actualmente hay en Bolivia, se ha planteado desde esferas del gobierno una campaña contra los potenciales “terroristas” bolivianos. Es así que el presidente Evo Morales expresó en torno al supuesto caso de terrorismo: “No se puede perdonar, no se puede proteger o encubrir a quienes no solo están involucrados en terrorismo”; “me pueden matar, pero no a Bolivia”, dijo mostrando que el terrorismo que ahora está plasmado en un decreto de expropiación de bienes también será motivo de muchos males y sufrimientos que recaerán sobre el pueblo cruceño. 

Siguiendo el libro negro y rojo, todo lo que se quiere transformar en verdad e inculpación se tiene que repetir de manera constante y automática, sin descanso, martillando la idea en la cabeza de la gente de tal manera que hasta el que sabe que no cometió el delito finalmente se pregunte en la soledad del marginamiento y la persecución, si no tendrán alguna razón de habérselo endilgado aun no recuerde haberlo cometido. Igual situación les ocurre a las mujeres, a los niños o hombres víctimas de violencia y atropellos, finalmente se someten, le dan la razón a su captor, sienten que alguna razón tendrá este para enojarse y violentarse por las faltas y defectos que les endilgan y pasan  así a autocensurarse porque el personaje dominante se muestra descontento, castigador y sobre todo le endilga sus faltas, desaciertos delitos cometidos.

En esta tesitura, el presidente Evo Morales fue contundente al afirmar que “no puede haber perdón a quienes atentaron a la unidad del país” y dijo “mi obligación es (hacer) una profunda reflexión a los comités cívicos que cuestionan al Gobierno Nacional, de la ciudad de Santa Cruz comprometidos no solamente con temas de terrorismo, sino con temas de separatismo, es algo que no se puede perdonar, no se puede proteger o encubrir. Algunos dirigentes de comités cívicos, algunas personalidades pensaron en la división de Bolivia, tenían sería relación con grupos separatistas del departamento de Santa Cruz. No importa la política de magnicidio, pueden matar a Evo Morales, pero no pueden matar a Bolivia, la unidad de Bolivia es algo sagrado para todos los bolivianos, es la lucha histórica de nuestros antepasados”.

El vicepresidente hizo lo propio para seguir martillando en el mismo sentido: “Señores, su conciencia, que quede muy claro, aquí habido personas que han atentado contra la unidad de Bolivia, que se han propuesta dividirla. Y a estos señores no se los puede recibir con abrazos”, expresó García Linera para abrirle el camino a las duras medidas que se piensan implementar de aquí en más en contra de Santa Cruz y los cruceños ahora tildados de separatismo, traición a la patria y terrorismo.

El viceministro de Autonomías, Saúl Avalos, no podía quedar a menos, por lo que cuestionó la reunión de los cívicos que, en su criterio, ha tenido el único fin de defender a terroristas: “Es una pena, porque me gustaría que ese Directorio, la Asamblea de la Cruceñidad o la marcha sea en contra de los terroristas, sea en contra de los financiadores del terrorismo; el Comité Cívico en vez de estar defendiendo terroristas debería defender la vida humana, debería defender a los que hemos sido damnificados, a los que hemos recibido atentados”.

Qué grave resulta la implementación del manual del libro negro y rojo, tan terrible que los que lo están poniendo en práctica se han olvidado que han invadido, que han cercado, que han ejercido innumeras acciones violentas y que además han provocado graves situaciones de terror.