“No me arrepiento; no me arrepiento porque, primero, no me obligaron”. Así respondió este martes el alcalde de La Paz, Iván Arias, cuando fue consultado, en el programa Piedra, Papel y Tinta de La Razón, si se arrepentía de haber participado del gobierno transitorio de Jeanine Áñez en el que cumplió la función de ministro de Obras Públicas.

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La autoridad municipal contó que cuando inicialmente, en noviembre de 2019, asumió la titularidad de Obras Públicas el también ahora exministro Yerko Núñez, éste lo convocó para que lo ayudara a “armar” dicha cartera de Estado porque ya se conocían y hasta eran amigos desde la época que él era alcalde de Rurrenabaque.

“Y en eso hubo problemas en el Palacio y (se han generado) rupturas; (luego) me llamó la (entonces) presidenta (Áñez) y me dijo: ‘Negro, el Yerko se va a subir (a otro ministerio), quiero invitarte a que seas su reemplazante (…) para lo que dure (este gobierno de transición) de tres o cuatro meses”, relató.

De ese modo, en su criterio, se convirtió en uno de los ministros de Áñez, quien actualmente se encuentra recluida de manera preventiva acusada por el supuesto golpe de Estado de noviembre de 2019.

“¿Pero dónde estuvo ya mi ruptura (en dicho gobierno)? Cuando después de que entré en diciembre (de 2019), ya en principios de febrero (de 2020) se empezaba a hablar de ‘Jeanine, presidenta’”, contó Arias.

Detalló que, en ese contexto, “de vez en cuando” era invitado al grupo político de Áñez y ahí, según recordó, les dijo a los presentes que “era una locura” la idea de postular a la entonces mandataria para las elecciones nacionales de ese año.

Incluso “le dije: Presidenta, usted va a pasar de ser extraordinaria a ser ordinaria. ‘Por qué’, me dijo. (Luego le dije) porque lo extraordinario es que entre una persona y cumpla su promesa (y en ese caso el compromiso era) pacificar el país, convocar a elecciones y entregar el mandato. (Hasta le dije que) el momento que nosotros fallemos esa confianza moral, usted se va a ir al diablo”, recordó.

Después, Áñez “me miró, miró a los otros y, no voy a levantar nombres, pero me dijo ‘estás loco, has dejado de ser analista, ahora eres gestor, tienes que tener poder, vocación de poder’. Sí (podemos ejercer) poder, pero no a cualquier precio, y de esa manera me alejaron (de ese grupo político) y ahí vino la pandemia (en la que) ya me dediqué a lo que me tenía que dedicar porque me nombraron responsable de la lucha contra la pandemia y entregué todo lo que tuve que entregar”, continuó.

El 10 de noviembre de 2019, el entonces presidente Evo Morales renunció a su cargo en medio de protestas que denunciaban un supuesto fraude electoral, un motín policial y hasta una “sugerencia” de las Fuerzas Armadas para que dimitiera.

Dos días después, la entonces segunda vicepresidenta del Senado, Jeanine Áñez, asumió la presidencia del órgano camaral y luego la sucesión, en sendos actos en la Asamblea Legislativa sin quorum ni asistencia de la bancada mayoritaria del Movimiento Al Socialismo (MAS).

Ese hecho es calificado como un golpe de Estado y es investigado en dos procesos: Golpe de Estado I y Golpe de Estado II.

El segundo caso ya se encuentra en la etapa de juicio oral, en el que Áñez y otras ocho personas son procesadas por los delitos de resoluciones contrarias a la Constitución y a las leyes, e incumplimiento de deberes.