Pocos proyectos de ley están suscitando tanto debate como el que contempla la baja laboral para mujeres que padezcan menstruaciones dolorosas y que divide de nuevo a los socios del gobierno de coalición encabezado por los socialistas y del que forman parte representantes de la izquierda emergente (Unidas Podemos).
Por el corresponsal de RFI en Madrid
Aunque todo el mundo está de acuerdo en que las mujeres que se ven muy afectadas por la regla no se hallan en condiciones de trabajar y deben recibir la baja laboral, existen diferencias sobre la conveniencia o no de promulgar una ley ad hoc que en teoría beneficiaría a las mujeres, pero que en la práctica podría dificultar su contratación y perjudicarlas en el mercado laboral.
La medida promovida por el Ministerio de Igualdad que lidera Irene Montero, de Unidas Podemos, busca regular que las mujeres con una menstruación severa (dismenorrea), puedan solicitar a su médico la baja para poder recuperarse en casa sin perder ingresos.
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Los que defienden esta iniciativa alegan que no se trata de una leve incomodidad, sino de síntomas graves como diarreas, cefaleas y fiebre que causan baja laboral si son provocados por una enfermedad, por lo que lo mismo debería suceder con las menstruaciones más complicadas.
Por el contrario, la ministra de Economía y vicepresidenta primera, Nadia Calviño, sostiene que los instrumentos legislativos existentes en España ya permiten a los médicos expedir bajas laborales por menstruaciones especialmente dolorosas, por lo que la reglamentación podría contribuir a la estigmatización de la mujer.
Los sindicatos tampoco se ponen de acuerdo a la hora de determinar si es recomendable regular por ley la baja por dolencias menstruales.
A pie de calle también asoman distintas sensibilidades.
«Hemos luchado durante décadas para que no se considere la regla como una enfermedad»
“No estoy de acuerdo con la regulación. Desde el feminismo hemos luchado durante décadas para que no se considere la regla como una enfermedad que te impide bañarte, hacer deporte o que te incapacita para el desempeño de ciertas profesiones. Una mujer con dolores menstruales intensos nunca ha tenido problemas para que su médico le justifique la ausencia al trabajo”, señala a RFI Victoria, maestra en una escuela pública de Madrid.
“Generalizar estas bajas es volver al concepto enfermedad, generalizar un trastorno que es excepcional. Creo que supondría además un límite a la contratación de mujeres en edad fértil”, agrega Victoria.
“Cuando era más joven tuve que faltar a clases en la universidad por los fuertes dolores que tenía durante la menstruación. Así que me parece bien que se regulen este tipo de bajas laborales, para que no haya ningún problema a la hora de acceder a ellas”, comenta por su parte Idoa, de profesión enfermera.
A pesar de la disconformidad de varios miembros del gobierno que preside Pedro Sánchez, se prevé que este martes el Consejo de ministros apruebe el anteproyecto de ley sobre el aborto que incluiría la regulación de las bajas laborales en caso de menstruaciones graves.
La normativa podría contener algunos matices que habrían servido para limar asperezas en el seno del Ejecutivo y conseguir que no haya ministros claramente perdedores, por lo que se habrían negociado algunas fórmulas conciliadoras para reforzar la protección de la salud de la mujer, mientras se garantiza su plena participación en el mercado laboral.
En cualquier caso, y con el debate abierto, la aprobación del anteproyecto de ley favorecerá a una de las corrientes más batalladoras del feminismo español que tiene su cara visible en Irene Montero, la ministra de Igualdad en el gobierno de coalición.