El Gobierno boliviano está obligado, por el bien de la nación, a obrar con prudencia en el tema de las relaciones diplomáticas con el resto de los países, pero especialmente con los vecinos a los que nos une una larga hermandad histórica, como es el caso de Perú.
Por Redacción central | – Los Tiempos
No es posible que ahora, sin mediar un problema de gravedad, nos distanciemos de tal manera que nuestras relaciones, por primera vez en la historia, se vean significativamente deterioradas. Todo esto porque el presidente Evo Morales escogió una manera inapropiada para protestar contra la decisión peruana de dar asilo político o protección a ex ministros de un anterior Gobierno boliviano.
No puede pretender que los gobiernos de otros países piensen y actúen como Bolivia o el Presidente quiere, sin comprender que no debemos inmiscuirnos en asuntos que no nos competen.
A lo largo de este régimen hemos visto cómo se han deteriorado las relaciones con los EEUU y el efecto que aquello ha causado a la economía de un buen número de artesanos bolivianos, especialmente de El Alto, que exportaban sus productos al país del norte.
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
Si el Gobierno cree tener la razón en ese espinoso caso del asilo otorgado por Perú a bolivianos, debería recurrir al reclamo por intermedio de la Cancillería y, si éste fracasara, acudir a los organismos internacionales para dilucidar el problema. Pero las declaraciones provocadoras o los insultos están por demás.
Los colaboradores y consejeros del Presidente deberían darle un correcto asesoramiento y no ser sólo serviles funcionarios que, además, le echan más leña al fuego simplemente por quedar bien con el Mandatario.