La República imprescriptible

Ya en 1897 el ruso Kropotkin advierte cuán anticomunitarias y parasitarias son las instituciones que conforman el organismo llamado Estado y recomienda la coparticipación, tanto en la toma de decisiones comunitarias como en la elaboración y observancia de normas.

laRazon Editorial La Razón

El Decreto 0048, del 18 de marzo del 2009, pone fin a 184 años de historia republicana de Bolivia porque bajo el paraguas de la Constitución Política del Estado el gobierno de Evo Morales ha dispuesto que la nominación oficial del país sea “Estado Plurinacional de Bolivia”, sepultando así la designación de República, adoptada en la primera Constitución de 1825. Esta decisión, en la nominación oficial, se la asume pese a que la propia Carta Magna conserva en su texto el concepto de República, ese que une a indígenas, mestizos y blancos, si los hay, más allá de pertenecer a una de las 36 nacionalidades.



La denominación de “Estado Plurinacional de Bolivia” podría figurar como parte de, pero jamás sustituir a la de “República de Bolivia”, que es consustancial a su nacimiento como país independiente y que, mientras sea así, la República, es imprescriptible, hasta el fin de los días de la nacionalidad boliviana.

La República como forma de gobierno fue conocida en Grecia y en Roma, y —según el diccionario y los manuales jurídicos— se refiere a “la cosa pública; al cuerpo político de una nación; a una forma de gobierno representativo en el que el poder reside en el pueblo, personificado éste por un jefe supremo llamado presidente”. Es más, Platón en su célebre obra La República realiza un estudio sobre la naturaleza de la justicia y la organización de los pueblos, lo que implica que sin su práctica no se puede prescindir de estos principios, que son algunos de los más caros al sentimiento humano. Platón consideró también que la República es la mejor opción para organizar a una sociedad libre e independiente.

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Esas consideraciones reafirman el hecho de que la República de Bolivia, como reza en la propia Constitución, es imprescriptible, más allá de la denominación que da al país el Decreto 0048 del 18 de marzo.

Al margen de la idoneidad como forma de Gobierno, la República puede tener diferentes características; según el Diccionario de Derecho de Ossorio y Cabanellas, puede ser aristocrática, burguesa, democrática, federal, parlamentaria, popular, presidencialista, socialista o unitaria, es decir, que su amplitud va más allá del Estado porque permite la participación y representación porque el Estado sólo es relativo al poder y soberanía de una población asentada en un determinado territorio.

El ruso Pedro Kropotkin, pese a ser un teórico del anarquismo, en una conferencia que dictó en Francia, en 1897, sostuvo “cuán parasitarias y anticomunitarias son las instituciones que conforman el macro organismo con el nombre de Estado”, juicio que emitió a partir de un concepto de carácter eminentemente sociológico y jurídico, según Chantal López y Omar Cortés, comentaristas de la exposición de Kropotkin.

El teórico ruso dejó sentada la opinión de que la mejor garantía para el mantenimiento del equilibrio comunitario se encuentra no en el desarrollo de rígidas, frías e impersonales concepciones normativas, sino, por el contrario, en la flexibilidad atemperada por los grupos sociales que actúen en un marco normativo en el que prime la coparticipación plena, tanto en la toma de decisiones comunitarias como en la elaboración y observancia de las normas establecidas. Se supone que se refiere a las leyes y reglamentos que se dota una República, en el largo proceso de su formación y experiencia como es y será Bolivia.