La ayuda gubernamental a los autonomistas vino por el feriado para festejar algún raro jolgorio aymará. Así, el gobierno, logró enrabiar al 63% de los cruceños.
El Nuevo Día.
La temperatura política
En una escala del 1 al 10, donde 1 significa mucha estabilidad política y 10 una alta inestabilidad, ¿cómo calificaría la situación actual en Bolivia?
Las cosas siguen calmándose y se sitúan en 5, las peleas que arma el Gobierno se enfrían y pierden gracia.
I. La semana pasada
El MAS salva al APRA. Entre mucha saliva y poca estrategia, el gobierno boliviano hundió la relación con Perú y de paso, fortaleció a Alan García. De algún modo, el gobierno del MAS salvó al del APRA.
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El señor Hugo Chávez no debe estar muy contento. Porque la idea del gobierno de Caracas era desequilibrar y desestabilizar a Alan García desde Bolivia y gracias al gobierno boliviano. Pero el resultado de esa intentona venezolana y boliviana (qué dúo) fue que Alan García salió ganando al declararse víctima de una conspiración internacional impulsada por Caracas y La Paz. Cosas de la política.
Los peruanos -desde hace unos 2.724 años, más o menos- andan peleando. Y en lo único que han logrado ponerse de acuerdo es en que el gobierno boliviano consiste en unos maniáticos, huachafos, y que están jugando a la invasión aymará contra el Perú. Obvio, a nadie le gusta ser invadido, aunque el invasor sea el hijo directo de la pachamama y de su amante, el sol. Y por eso, cada que los invasores del lado oriental del Titikaka (nada menos) atacan a Alan, los peruanos se solidarizan con su presidente y éste se fortalece.
Pero el otro resultado de la brillante estrategia boliviana (Kissinger, antes de retirarse, debe hacer un ensayo sobre la genialidad del gran Canciller Choque-algo) es que Bolivia hunde su relación con Perú, se queda aislada y gana la prestigiosa imagen internacional de ser el borrachito impertinente del barrio. Ese borrachín bochinchero que primero quiere discursear, después intenta pegarle al novio y al final, se orina sobre el perrito de la abuela.
Don Hugo Chávez está en todo su derecho de jalarle las orejas al Canciller Choquewanka, y de mandarlo a hacer el amor con una piedra (laja).
El MAS ayuda a los autonomistas. El otro tema de la semana es que el gobierno decidió -por fin- ayudar y fortalecer a los cívicos y a los autonomistas. Desde Santa Cruz se agradece.
La ayuda gubernamental a los autonomistas vino por decreto y declarando un feriado nacional para festejar algún raro jolgorio aymará. Así, el gobierno, logró enrabiar al 63% de los cruceños -que no se tienen por aymaras precisamente- y ponerlos de inmediato al lado de “su” comité y de “su” autonomía. Pero si eso fuera poco, el gobierno central, además (pucha, qué generosidad), decidió ayudar al autonomismo al anunciar que cambiará el himno cruceño. Sin duda es el anuncio de un gran cambio, un cambio muy, pero muy, revolucionario. De pura envidia, Robespierre y Lenin, se están revolcando en sus laicas tumbas al enterarse de que el MAS acometerá semejante cambio, que seguro, transformará por siempre la ética y la teoría de la revolución. Las revoluciones tienen un “antes” y un “después” con ese anuncio. Toda la Europa occidental, la mitad de China y ciertos pueblos en Siberia, están impresionadísimos con el izquierdismo transformador del MAS, quien cambiará nada menos que dos palabras de un himno que conoce el 9% de los bolivianos. De cualquier modo, más allá de las inevitables envidias entre los grandes revolucionarios de la historia, los autonomistas más duros están encantados con ese anuncio, que los fortalece como defensores de los valores “nacionales cruceños”, y de paso, les regala la ventaja de hacer un acto de resistencia gratuita, cada vez que entonen “su” himno con las letras originales.
Por otro lado, el gobierno cerró la semana de favores a los autonomistas, encumbrando al senador Pinto (de Pando). Todos saben que los leopoldistas -Pinto el primero- se están ganando el derecho a sustituir a Leopoldo en abril de 2010. Y todos saben que el mejor mensaje electoral en Pando -hoy por hoy- es estar contra el MAS y su operación de imponer un milico de prefecto. Pinto lleva la delantera en esa competencia antimasista, ya que el gobierno del MAS le ha declarado una guerra apasionada y loca (como dice la canción), y así, lo ha convertido en héroe pandino… y quizá en el futuro prefecto de Pando. Aunque la verdad, el MAS puede ganar esa elección pandina. No con mensajes electorales (eso es para los tontos), sino trasladando masistas del altiplano para que voten en Pando (eso es muy inteligente, pero poco original).
Cuando no hay peleas serias, al Gobierno le va muy mal. Y la semana pasada fue una muestra. Lo de fortalecer a Alan García y a los autonomistas cruceños y pandinos, ha sido espectacular.
Transredes. El gobierno se sacó otra vez la lotería con el tema de la nacionalización y sus problemas. Esta vez fue plata para Transredes. ¿Alguien quiere ganar mucho dinero de golpe? Hágase nacionalizar con el gobierno del MAS. Villegas se perfila (con esmero y casi con éxito asegurado), como el futuro Rebollo del país. La diferencia es que Rebollo, como era un tipo rápido y capaz, acabó en el Banco Mundial; mientras que Villegas, pasada la luminosa etapa masista, es muy probable que acabe en los tribunales, o de contador… en el banco de Maracaibo.
Ametex. Esa es la empresa de Iberkleid, un paceño trabajador que hasta hizo un spot a favor del MAS para ayudar a su empresa. Pero nada; ni con spot. Ahora, la realidad se impone ante Ametex: hay mucha coca (eso dice la ONU ), hay un gobierno que se comporta como el borrachito del barrio frente a EEUU y en consecuencia, EEUU deja de comprar los productos bolivianos… y Ametex sufre. Obvio, el consuelo del gobierno para Iberklid era otra fábula andina (“no te preocupes hermanito, los venezolanos nos comprarán igual o más que los gringos”). Ahora Ametex va rumbo a despedir a cientos de obreros. Ganan los cocaleros, pierden los obreros. Y pierde Iberkleid, ese personaje de spot.
II. La semana que hoy comienza
El MAS intentará salir de la gran estupidez estratégica en la que navegó la semana pasada. Para eso, no tiene más remedio que intentar algo con el caso terrorismo. Hay que resucitar a Lázaro. Inventar otro lío es más difícil que reanimar el baile del terrorismo. Y por eso, esta semana, el MAS volverá a mandar sus fiscales paceños para que hagan titulares en Santa Cruz.