Felipe Quispe alias “El Mallku”, uno de los cabecillas del levantamiento de octubre negro del 2003 junto al actual presidente Evo Morales, acaba de confesar los entretelones de esa asonada, desnudando la planificación de la violencia y llegando a aceptar la responsabilidad por las numerosas muertes acaecidas en esas fatídicas jornadas.Orgulloso de su “proeza histórica”, Quispe revela en su libro titulado “La caída de Goni” que desde un principio habían “decidido ir a la lucha armada para la toma del poder” y que lo sucedido fue “una revuelta seria y planificada”.El ex compañero de lucha del presidente detalla que en aquel entonces decidieron ordenar a sus bases, que tenían entrenamiento del Ejército Guerrillero Túpac Katari (EGTK, banda terrorista que también fue integrada por el vicepresidente Álvaro García Linera), a sacar las armas para enfrentar a los policías y militares. “El Mallku” precisó que las operaciones comenzaron con el “secuestro de varios ministros de Estado”, retención con la cual se los obligó a firmar las primeras concesiones, y que posteriormente se procedió al levantamiento armado: “Entonces nuestra gente preparada para las guerrillas ha emboscado a los policías con un muerto y varios heridos. Esa fue la causa para que los militares intervengan a Warisata el 20 de septiembre”. Añade que la emboscada a los policías en esa localidad fue planeada e instruida, y que también se planificaba asesinar al ministro de defensa, Carlos Sánchez Berzaín.“Hemos enviado a la gente a diferentes lugares para agitar a las masas”, señala.También indica que mientras se llevaba a cabo la insurrección, Evo Morales buscaba ayuda con Gadafi en Libia y con Chávez en Venezuela. Un viejo principio jurídico establece que “a confesión de partes, relevo de pruebas”. Y el testimonio de Quispe viene a confirmar que lo de octubre fue un golpe de Estado, el primer paso hacia la instalación del actual régimen que, paradójicamente, acabó excluyendo al hoy infidente “Mallku”…[email protected]