Pandemia e inestabilidad económica, social y política afectan. Así, como la protesta en Santa Cruz y en el resto del mundo, coinciden los ejecutivos del sector
Fuente: El Deber
“Puedo ser un poco fatalista, pero no soy muy optimista con respecto al próximo año”, indicó Erick Saavedra, presidente de la Cámara Automotor de Bolivia (CAB) y CEO de SuperCars Auto Dealer.
Según el ejecutivo, los problemas para el sector se acarrean desde 2018, año preelectoral; siguieron en 2019, con la inestabilidad política; en 2020 y 2021, con la pandemia; y, en 2022, cuando todo parecía mejorar, llegó el paro, en la época que se supone de mayores ventas de automotrices.
“En septiembre y mediados de diciembre se ubica la época más importante de ventas, cuando se genera el 35 ó 40% de las ventas; es decir, la rentabilidad”, indicó, a tiempo de aclarar que, además, el 60% de los negocios del sector se genera en Santa Cruz.
Para Saavedra, el próximo año será bastante complejo porque tomará al menos un año o dos recuperar la rentabilidad; y abrió la posibilidad de reducción de personal.
Otro factor que sugiere tomar en cuenta es la política de subsidio, ya que el país está con dificultades, “hay la posibilidad de que suba el precio de los combustibles, lo que acarrea un desincentivo para la compra”, agregó.
En cuanto al stock, indicó que no han logrado el flujo de otros tiempos y que, actualmente, con la coyuntura, no se puede facturar ni emplacar. “Había créditos de banca ya aprobados que no procedieron”, informó.
Francisco Osinaga, gerente general de Carmax, que importa las marcas Hyundai e Isuzu, dijo que con el paro en Santa Cruz están “cero” en ventas, y que el panorama es incierto. “Si bien en el resto del país las oficinas siguen abiertas, lo que sucede aquí afecta el estado de ánimo nacional. Todo se ha ralentizado”, reconoció.
De las estrategias para afrontar este tipo de circunstancias, el ejecutivo de Carmax apuntó a los lanzamientos como la esperanza, ya que siempre generan un incremento en ventas, “las novedades siempre gustan”, aseveró.
Osinaga reconoció que los precios de los materiales siguen subiendo, y que la guerra y la inflación mundial está afectando todo, incluso en esta época de “vacas gordas” para el sector.
Pablo Galindo, gerente de automotores de SACI, aceptó que los niveles de venta en los distintos segmentos del mercado están afectados, y que muchas marcas dejaron de ser importadas y otras bajaron los niveles de inventario al mínimo necesario. Sin embargo, reconoció que las motos siguieron vendiéndose.
“Las ventas del sector automotriz durante el 2020 bajaron drásticamente y esto significó una caída del 43%, comparado con 2019. Para 2022 se espera cerrar el año con un crecimiento del 30%, comparado con 2021”, ilustró.
Según Galindo, la pandemia y los sucesos de 2019 prepararon a SACI para afrontar nuevos tiempos difíciles. “Estamos preparados para trabajar de forma remota La comunicación digital es ahora la forma de dar a conocer las promociones y asesoría en todas las unidades de negocio”, dijo.
Jaime Vaca Pereira, gerente general de Honda Autobol y Honda Center Sport, aseguró que lograron sortear el panorama, a pesar de las dificultades en stock, precios de fletes, etc.
Dijo que Honda ha crecido un 20% en escenario de pospandemia, gracias a estrategias comerciales y de fidelización, como el crédito directo. Igual que los otros, reconoció que el panorama de 2023 es muy complejo.
Edwin Rocabado, director comercial de Astara Ovando, dijo que los altibajos en la demanda y los recortes en la oferta los obligaron a reinventar su modelo de negocio, con un perfil más digital.
Reconoció que hubo una reducción en ventas. “Para este año pensamos facturar más de 2.200 unidades, un 23% menos que en 2021. La causa principal es la reducción en la oferta y disponibilidad de transporte por parte de nuestros fabricantes”, argumentó. Al 2023 lo catalogó de retador y admitió que desde hace un par de años los precios han subido, como efecto de la pandemia.
Fuente: El Deber