Operación Libertad


ROGER Un reportaje de Istoé confirma que la “Operación Libertad”, con la que se sacó al senador Roger Pinto del territorio boliviano, era conocida por altas autoridades del gobierno brasileño y ratifica que la idea del “plan de fuga” había sido sugerida por una representante de Evo Morales al Ministro de Justicia del vecino país.

La publicación indica que la operación fue “Planeada a lo largo de tres meses, con el conocimiento de algunas autoridades del gobierno brasileño y una mal disfrazada tolerancia del gobierno de Evo Morales, que envió varias señales a Brasilia de que no se opondría a la salida de Molina. (…) El encargado de negocios de la embajada, Eduardo Saboia, asumió la responsabilidad por la fase final de la operación”.

“En más de un contacto con el gobierno brasileño, cuando envió una emisaria en audiencia con el ministro de Justicia, José Eduardo Cardozo, el gobierno de Evo Morales ya había dejado en claro que gustaría de ver a Roger (Pinto) Molina fuera del país”, dice Istoé, agregando que, sin embargo, el plan no era del agrado de Dilma Rousseff (“¡Es una locura!”, habría contestado, señalando el eventual riesgo de vida que sufriría el senador en el viaje).



Plan alternativo

La revista precisa que un plan alternativo llegó a ser elaborado, incluyendo una operación triangular: “En una primera etapa, (Pinto) Molina sería llevado por avión al Perú. Después, sería conducido al Brasil. Al verificar que el involucramiento de un país que nada tenía que ver en el caso podría ampliar las complicaciones de un plan ya complicado, se decidió el viaje en automóvil entre La Paz y Corumbá”.

Señal de inicio

En otro indicio de que el operativo contaba con el visto bueno de altos niveles en Itamaraty, Istoé detalla que “el día anterior a la fuga Molina recibió la visita de un médico del Senado boliviano, que produjo un diagnóstico aseverando que enfrentaba problemas de salud, incluso depresión. Sustituyendo a Biato en su ausencia, aquel mismo día Eduardo Saboia envió una copia del diagnóstico a Itamaraty y, en el mismo despacho, observó que la situación pedía una intervención sin demora en auxilio del senador, afirmación vista como una señal para el inicio de la Operación Libertad”.

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Es poco probable que el plan contara con el apoyo del ex canciller Antonio Patriota. En cambio, habrá que pensar en los funcionarios de carrera del Servicio Exterior, que manejan con eficiencia los hilos de la sólida diplomacia brasileña, más allá de los errores o torpezas de los gobiernos de turno…

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(Ilustración: El Diario)