La evasión programada

Humberto Vacaflor Ganam

VACAFLOR OK El candidato que reciba votos de los sectores que fueron liberados del pago de impuestos tendría que preguntarse si lo quieren a él o a la sensación que crea de que el Estado no existe.

Los cocaleros, se podría decir, se ganaron el derecho a seguir siendo evasores porque, al fin y al cabo, pusieron a su líder a la cabeza del país, aunque él ahora quiera renegar de su pasado.



No tienen que pagar impuestos ni aranceles de exportación, porque, como dice su líder histórico, “es lo único que pueden hacer porque no hay trabajo en el país”. Y, según se comporta el líder, podrán alegar lo mismo por muchos años más.

Los cooperativistas mineros tendrían que ser los más agradecidos porque, además de la condonación, el actual candidato les ha hecho otros dos regalos:

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• Sus trabajadores no pueden organizar sindicatos, porque lo prohíbe la nueva ley de la minería cooperativizada. Quizá esto equivalga a la admisión de que, en realidad, los “cooperativistas” son patrones que contratan asalariados, unos asalariados que ahora no pueden ni siquiera reclamar por las ocho horas de trabajo, como lo hicieron los luchadores de Chicago en 1886, porque no tienen derecho a sindicalizarse.

• Las empresas, quebradas o por quebrar, de Comibol, serán transferidas a las cooperativas a cambio de nada: no tendrán que pagar impuestos; sólo deberán votar por el candidato del proceso de cambio (y archivo) de la moral.

Los gremialistas no tienen que pagar impuestos porque tampoco tienen otra cosa que hacer. La propaganda que se les atribuye, en contra de los “grandes empresarios” que se camuflan en el “régimen simplificado”, es pagada por el gobierno.

La intención de esta propaganda es hacer creer que hay una división en el sector. Y es no es cierto. Los evasores, unidos, jamás serán vencidos.

Me dicen que los “costos recuperables” que reciben las petroleras son por “servicios prestados” a YPFB por los que cobran, aunque no pagan ni IVA ni IT.

Es decir que el segmento de los evasores crece cada día. Los bolivianos que pagan impuestos son cada vez más difíciles de encontrar. Raras avis que, sin embargo, mantienen al Estado.

Son los que corren con la cuenta de mantener este país. Sus votos deberían valer más. Como en los tiempos del “voto calificado”.