El profeta de Orinoca

evo tia huanaco Sabíamos de las ambiciones mesiánicas del caudillo cocalero (proclamado “líder de los pueblos indígenas del mundo”), así como de sus conocimientos esotéricos sobre el pollo y la Coca-Cola, pero recién ahora nos enteramos de sus dotes proféticas.

Sucede que Evo Morales acaba de profetizar una invasión norteamericana contra la pobre y sufrida ALBA, luego, claro está, de que el “imperio” cumpla con la faena de someter al díscolo Medio Oriente.

Aunque pensándolo bien, en anteriores ocasiones el Nostradamus bolivariano del siglo XXI ya había ejercido su don adivinatorio, prediciendo el ocaso final del capitalismo. Cosa que el marxismo viene haciendo con insistencia desde el siglo XIX, lapso en el cual lo que más bien se ha confirmado es el colapso del comunismo.



Claro está que la predicha “invasión”, que sería algo así como el Apocalipsis según Evo, no es sólo un delirio fantástico sino también una excusa diseñada para justificar el creciente armamentismo “defensivo” del régimen, así como el de sus aliados de la ALBA.

Lo que el oráculo de Orinoca no alcanza a ver es que el fin de las dictaduras electivas neopopulistas no vendrá de intervención extranjera alguna, sino muy probablemente de una implosión, esto es, una crisis terminal interna generada por su propia ineficiencia.

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