Tras haber sido echado con el clásico "fuera, yanqui de mierda", el embajador de EEUU Patrick Duddy regresó a Caracas para reasumir sus funciones diplomáticas.
TalCualDigital.com
Tras haber sido notificado el 12 de septiembre de 2008 que no era persona grata y, al estilo Chávez, se le anunció que tenía 72 horas para abandonar el país, obsequiándosele de paso la relamida frase "váyase al carajo, yanqui de mierda", el embajador Patrick Duddy volvió a Caracas, no se sabe si como castigo o como un triunfo de la diplomacia de Barack Obama.
Lo cierto es que ayer, temprano en la mañana, de manera discreta y decidida, Duddy retomó sus actividades en el país, como parte del proceso de normalización de las relaciones diplomáticas bilaterales iniciado la semana pasada.
Al arribar al aeropuerto de Maiquetía, donde fue recibido por el personal de su embajada, Duddy expresó que ha sido un paso importante, tanto para Estados Unidos como para Venezuela, restituir relaciones a nivel de embajadores.
Destacó como un acto "sin precedentes" que Caracas y Washington hayan dado "la bienvenida a los embajadores expulsados", y dijo que "ojalá sea el primer paso hacia una relación bilateral más productiva, con una comunicación más directa y fluida" entre ambos gobiernos.
Por si acaso, debería tener sus maletas listas.
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