Brasil. Fiscalía de Sao Paulo avisa de expansión del grupo criminal. La organización “instaló bases internacionales” en Bolivia y Paraguay.
Lazo. Ozzie Dorado (centro), acusado de ser nexo del PCC en Bolivia. Ivan Condori-Archivo.
La Razón / La Paz
Según un informe de la Fiscalía de Sao Paulo (Brasil), difundido ayer por el diario O Estado de Sao Paulo, Bolivia y Paraguay se constituyen en países de provisión de cocaína para la facción criminal brasileña Primer Comando de la Capital (PCC).
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El PCC fue creado en agosto de 1993 y es más fuerte que los principales cárteles de Río de Janeiro. Se afirma que su poder financiero y de fuego es mayor al del Comando Vermelho y está presente en 22 de los 26 estados brasileños, más el distrito capital brasileño.
El informe señala por segunda vez que el PCC está presente también en Bolivia y Paraguay, de donde ingresa la droga que trafica el grupo criminal, además que la organización “instaló bases internacionales” en los dos países sudamericanos, reportó EFE.
En noviembre de 2012 un informe del Ministerio de Justicia de Brasil señaló que el PCC se expandió a Bolivia y Paraguay. En respuesta a este reporte, el viceministro de Defensa Social, Felipe Cáceres, negó la existencia de cárteles de narcotráfico en el país y precisó que sí hay emisarios.
Ese mismo año, el Gobierno confirmó la existencia de nexos de esta organización criminal en el país tras declarar como zonas rojas del narcotráfico y acopio de droga para el PCC a las localidades cruceñas de San Germán, Nuevo Horizonte y Yapacaní.
Por entonces, la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN) informó que los lazos fueron establecidos por el narcotraficante brasileño Maximiliano Dorado Filho, detenido en diciembre de 2010 en Bolivia y entregado a Brasil. El esquema, agregaron, fue heredado por sus hermanos, Ezequiel y Ozzie Dorado Filho, identificados como los encargados de enviar cocaína desde Bolivia al PCC en Brasil.
El PCC, según la información divulgada ayer, hizo un censo interno que determinó que 6.000 integrantes están detenidos en las cárceles paulistas y 3.582 en libertad en 22 estados brasileños, Bolivia y Paraguay. Además dio cuenta que poseen un arsenal de armas y siete millones de reales (unos 3,2 millones de dólares) “enterrados” en varios lugares por sus negocios de drogas y otros.
Esta semana, medios brasileños aseguraron que la muerte de cuatro de los cinco asesinos del niño boliviano Brayan Yanarico Capcha (5), tiroteado en Sao Paulo durante un asalto en junio, habría sido ordenada por el PCC por violar los “códigos”, ya que no se tolera ningún tipo de violencia en contra de los niños.