Con acusaciones a la oposición atribuyéndole la supuesta intención de querer postergar las elecciones de diciembre, el «vice» ha retomado su tono beligerante y, es más, lo está aumentando en la medida que ve amenazadas sus posibilidades de acompañar nuevamente a Evo.
García Linera se reunió con los vocales de la Corte Nacional Electoral, el pasado 25 de junio.
Como siempre, sus argumentos resultan deleznables. Decir que como “demócrata” defenderá el derecho del pueblo a elegir sus gobernantes, viniendo de quien vienen estas palabras suenan realmente a burla.
Al vicepresidente Álvaro García Linera los métodos democráticos nunca le interesaron; ni en sus épocas de guerrillero de pacotilla ni ahora cuando arremete con sus ínfulas de Robespierre anacrónico intentando decidir quien es demócrata y quien no.
Debe quedar claro que no es muy democrático querer realizar unas elecciones con un padrón electoral que ha perdido confiabilidad debido a las prácticas mañosas del MAS que distribuyó alegremente cédulas de identidad a sus militantes para que pudieran votar las veces que quisieran. ¿Es que alguien ha olvidado que las cédulas eran distribuidas en las oficinas del MAS en Santa Cruz y otras provincias del país? y que esto fue denunciado ampliamente y no es producto de la imaginación de nadie.
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El MAS aceptó el padrón biométrico a regañadientes cuando no le quedó más remedio y como no lo había aceptado de muy buena gana se dio a la tarea de torpedearlo desde el primer momento siempre decidido a aplicar su “plan B”.
Ese “plan B” que pretende impulsar desde el parlamento y movilizaciones de las “organizaciones sociales” mediante, consiste en aplicar el antiguo padrón en las regiones que supone le son incondicionales y en las cuales anulará cualquier intento de control por parte de la oposición.
El plan es simple. Primero se hace lo imposible para que no se concrete el padrón biométrico y luego, concluirán que no queda más remedio que aplicar el antiguo en algunas regiones o, mejor, en todo el país, para que el “pueblo ejerza su derecho de votar”. Es evidente que los masistas recogieron muy apresuradamente la receta que les dio el senador «opositor» Chaly Borth.
García Linera atribuye a la oposición la intención de evitar las elecciones de diciembre. Sin embargo se debe aclarar que un padrón biométrico reducirá, no anulará, las posibilidades de fraude pero en todo caso siempre será mejor respecto al anterior que el MAS ha ido hilvanando pacientemente para acomodarlo a sus intenciones de que Evo sea el eterno inquilino del palacio de Gobierno.
El nerviosismo que se hace cada vez más visible en el oficialismo surge de las propias encuestas que son difundidas por los medios de comunicación gubernamentales y en las que se resalta que Evo no tendría un claro opositor.
Pues bien; resulta que a pesar de no tener Evo, hasta ahora, un fuerte opositor, en ninguna de las encuestas llega al 50 por ciento y en otras ni siquiera al 40, lo que ha movido a la preocupación de sus estrategas electorales que están viendo que ni la pertinaz campaña en la que se encuentran, con medios y recursos del Estado, no ha llegado a conmover a importantes sectores de la población que cada vez se muestra más reacia a votar por una persona que ha demostrado su poco tino a la hora de gobernar. Por tanto un padrón científico y transparente podría resultar lapidario para el MAS.
Hay sobradas razones para la preocupación. El oficialismo no juega limpio y los ejemplos abundan, como el traslado de migrantes masistas de un lugar a otro para alterar el padrón electoral, la intención de los parlamentarios oficialistas liderados por Garcia Linera de echar mano al antiguo registro electoral que les fue muy útil en los últimos referendos, la persecución judicial a eventuales opositores y todo lo que vendrá.
Es también alarmante la dispersión que se observa del lado de la oposición, candidatos para todos los colores y gustos, que lo único que lograrán, de mantenerse esta irracionalidad, será favorecer a Evo Morales que ya corre con amplia ventaja desde la presidencia de la república.