Nació en Europa y conoció Sudamérica siendo niño. Quedó maravillado con el país y decidió nacionalizarse para correr por Bolivia. La Federación, que antes lo apoyó, ahora no lo acreditó para seguir compitiendo.
Los amores de verdad, a veces, aparecen en la niñez. Algo así le pasó a Simón Breitfuss Kammerlander. Cuando escuchó a su papá hablar maravillas de la ciudad de El Alto y en especial del Chacaltaya.
Simón nació en la localidad austriaca de Pitzal el 29 de noviembre de 1992. Su papá Rynner Breitfuss Kammerlander es profesor de esquí y llegó a esta parte del mundo cuando Simón era un niño.
Por entonces el Chacaltaya era, con sus 5.300 metros de altura sobre el nivel del mar, la estación de esquí más alta del mundo y gente de diversos lugares llegó al país para disfrutar de este sitio.
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“Cuando tenía 8 años me fui con mi papá a Argentina para continuar con su trabajo. Cuando he estado en contacto por primera vez con América me sentí muy bien. Siempre escuchaba a mi papá hablar muy buenas cosas de Bolivia, en especial del Chacaltaya”, explica el hombre que esquía desde los 4 años.
Él llegó a conocer algo del esplendor del Chacaltaya, el cerro que perdió su cresta blanca en 2005. Se derritió la montaña, pero no su cariño por Bolivia. “A mí me gustaba todo del país: la gente, la naturaleza y para mí todo estaba muy bien. El Alto es muy bueno e ideal para el entrenamiento en un nivel superior, por eso decidí vivir allá. Me considero un alteño más”, cuenta.
Se quedó en El Alto durante largas temporadas, en especial en el invierno. Después se le abrió una razón más para amar esta tierra, le ofrecieron ser parte del equipo boliviano en esquí; pero no era suficiente con sentirse boliviano, él debía nacionalizarse para ponerse la polera de Bolivia. Permaneció cinco años en el país y luego de obstáculos burocráticos lo consiguió: Simón Breitfuss Kammerlander es boliviano.
La nacionalización de deportistas no es un hecho extraordinario; por ejemplo, Luis Cristaldo nació en Argentina pero se colocó la casaca verde de Bolivia en el mundial Estados Unidos 1994.
Triunfar en picada
En 2015 Simón pudo colocarse la casaca tricolor de Bolivia. Para el país, tan necesitado de triunfos y participaciones internacionales, el primer reto era en Asia. “Presentamos a nuestro corredor olímpico Simón Breitfuss Kammerlander boliviano – austriaco que llevará la Bandera Boliviana en los Juegos Olímpicos de invierno en Pyeongchang Corea del Sur. Se encuentra entre los 30 mejores esquiadores del mundo, su participación sera en Ski_Alpino”, publicó la página de Facebook de la Federación Boliviana de Squí y Andinismo.
El periódico digital El Alteño publicó una frase de Juan de Dios Guevara, presidente de la Federación: “Es un boom y queremos aprovechar ese boom. Simón ha estado en portadas de periódicos. Eso para nosotros es nuevo y lo queremos explotar”.
Simón comenzó a brillar. En la Copa Sudamericana de Ski 2019 en pistas de Chile y Argentina ganó 10 medallas para el país; algo que antes no se había logrado.
Se hizo acreedor al honor más grandes para un deportista: llevar el estandarte boliviano. Él lo hizo en los Juegos Olímpicos de Invierno Beijing 2022. “Sentí mucho orgullo porque sabía que en Bolivia había una gran tradición del deporte de esquí y he sentido todas las cosas buenas que una persona puede sentir. Caminar con la bandera, con el uniforme y representar al país y a toda la gente me ha hecho muy muy feliz”, contó a Página Siete.
Obstáculos
La cita de Beijing fue uno de los últimos encuentros gratos entre Simón y la Federación. Despacio, la relación comenzó a ir en descenso y finalmente se estrelló esta nave conjunta. En la actualidad no puede competir por Bolivia.
Simón está decepcionado. Cuenta que él fue gastando dinero suyo para participar y que tenía la promesa de que la Federación iba a devolverle estos gastos. “Me han dicho: ‘si no quieres trabajar como nosotros trabajamos, puedes irte a otro lugar’. Me han dicho esto después las carreras que hice. Siempre me prometían por teléfono muchas cosas y no pasaba nada”, refiere Simón.
Él responsabiliza de esta decisión a Juan de Dios Guevara; quien niega los señalamientos y responde que no se le debe nada a Breitfuss. Además, le dio una alternativa al atleta en 2021, durante una de las charlas telefónicas que tuvieron. El dirigente le dijo: “La verdad es que yo también te voy a ser franco… a ver, yo le dije a tu papá que iba a averiguar qué posibilidades tenemos para que tú corras nuevamente por Austria, entonces escribí al presidente de la Federación de Austria y me dijo que sí, que es posible que podamos reunirnos la próxima semana para que podamos hablar sobre ese tema”.
En la misma conversación, Guevara le enfatizó a Simón: “Yo no te estoy robando nada y le dije esto a tu papá: ‘si tú crees que te robo y si crees que trabajas para mí, Rynner, entonces haremos una cosa, en todo matrimonio existe divorcio, si tú ves que con la Federación de Esquí te sientes mal, que soy un ladrón lo que tú me digas, lo que quieras, hablaremos y si tú quieres puedes volver a Austria, ahí terminó todo el problema porque yo creo que ahí tienen más recursos’”. También comparó a la Federación con una familia pobre que no puede darse el gusto de tener un vehículo de lujo; y finalmente le dijo a Simón que él le hace recuerdo a su hijo.
Al atleta esta oferta, correr por Austria, le parece una locura porque cree que sería imposible que Austria le permita aquello. Y, cuenta, que él tomó una decisión de por vida: convertirse en boliviano y participar por el país. “Esto no se hace”, se queja.
Es como si el futbolista nacido en Argentina y nacionalizado boliviano Luciano Ursino, quien ya jugó con la casaca de Bolivia, le invitaran a volverse a su país para vestir la polera albiceleste.
Juan de Dios Guevara habló con Página Siete. Se le preguntó sobre el reclamo económico del atleta. Respondió: “Tengo entendido de que no hay deudas con él. La verdad que no creo que existan. No tengo toda la información al respecto, pero en este momento le digo que no creo que tengamos ninguna deuda con Simón”.
Acotó que él fue presidente del ente federativo en 2009 y que el último cargo que tuvo fue de Supervisor Técnico del Comité Olímpico Boliviano. “Yo la verdad no estoy en la Federación, yo soy entrenador y tal vez no le podría dar esta información”, añadió.
Dijo que la Federación no maneja los montos de las olimpiadas e informó que esta es una responsabilidad “exclusivamente del Comité Olímpico Boliviano y no tenemos nada que ver”.
Ahora, según Guevara, “se está trasladando todo lo que es de las federaciones a las asociaciones nacionales y las asociaciones nacionales están haciendo un registro nuevo, es por eso que el señor (Simón) no quiere entregar algún tipo de documentación que le hemos pedido”.
El cochabambino Guillermo Ávila, quien es considerado uno de los mejores esquiadores del país y que también fue abanderado en dos Juegos Olímpicos en 1988 y 1992, cuenta que sí hay deudas pendientes de la Federación con Breitfuss y que la entidad optó por obstaculizar su participación internacional. Ávila es entrenador de entrenadores de esquí y su voz es respetada en el ámbito internacional.
El cochabambino corrió cuando este deporte era amateur y la ayuda internacional era casi nula. Los tiempos cambiaron y ahora cada año la Federación Internacional de Esquí (FIS) entrega dinero a las entidades nacionales para los atletas. Igual a como funciona la Federación Internacional de Fútbol Asociado.
Ávila llevó la queja de Breitfuss a la FIS y se espera que pronto exista una respuesta a esta solicitud. El tiempo apremia y Simón corre el riesgo de perder sus puntos en el ranking mundial porque no tiene el aval de la Federación para correr por Bolivia.
Por lo pronto, ya sea por capricho o por burocracia, Simón ya no puede correr por Bolivia. Él indica que no pide más de lo que le corresponde y, sobre todo, que no se le quite la oportunidad de correr por el país que él aprendió a querer desde su niñez.
De la nacionalización al obstáculo
Nacimiento • Simón Breitfuss Kammerlander nació en la localidad austriaca de Pitzal el 29 de noviembre de 1992.
Bolivia • En la adolescencia Simón conoció Bolivia y se enamoró del país.
Nacionalización • Breitfuss se nacionalizó y compitió por Bolivia en olimpiadas, mundiales y más torneos.
Impedimento • Ya no tiene la acreditación de la Federación Boliviana de Squí y Andinismo para correr por Bolivia.
Queja • El Comité Olímpico Boliviano solicitó cuatro veces a la Federación, vía escrita, que se registre a Breitfuss.
Perjuicio • El atleta corre el riesgo de perder los puntos acumulados en su carrera.