Deben ch’allar si atropellan a can para evitar “mala suerte”


Los choferes acordaron con los pobladores de la provincia Los Andes enterrar a un perro, en caso de que lo atropellen en la ruta.

Deben ch’allar si atropellan a can para evitar “mala suerte”

Una ofrenda a la Pachamama que se pone en las diferentes carreteras del país. 

Los choferes recurren a los ritos para evitar “la mala suerte”, en caso de atropellar a un animal. En la provincia Los Andes incluso acordaron con los pobladores que enterrarían al perro o a otro animal si lo atropellan. “Cuando un chofer atropella a un perro debe ch’allarse porque sino puede provocarle mala suerte”, resaltó don Felipe, uno de los conductores del Sindicato Trans Litoral.



Aseguró que la ch’alla debe hacerse rociando alcohol a las llantas del vehículo y mascando un poco de coca. “Además de ch’allarse con una cerveza o con un refresco”, dijo.

Resaltó que, según la tradición, si no se hace eso entonces el conductor o su familia tendrá mala suerte. “No les irá bien en el trabajo o a futuro puede pisar a una persona”.

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El ejecutivo de la Asociación de Transporte Libre de La Paz, Limberth Tancara, indicó que por eso muchos de los conductores también auxilian a los animales. “No hay que olvidar que los choferes también tienen mascotas en sus casas”.

A su turno, Fernando Condori, exdirigente de los transportistas interdepartamentales y actual asambleísta departamental de La Paz, relató que la mala suerte no sólo es para el conductor sino también para el sindicato.

Por eso, en un ampliado del transporte interprovincial de Los Andes, los choferes quedaron con los pobladores que si atropellan a un perro, ellos deben levantar el cuerpo del animal para que se lo entierre por ese sector y que no lo boten.

“Eso para que la mala suerte o la mala vibra no llegue al conductor, a su familia o al sindicato”, destacó.

Don Felipe indicó que para los choferes es “de muy mala suerte” atropellar a un perro y más aún si éste queda con secuelas por el accidente.

Condori dijo que sus compañeros del transporte interprovincial son más creyentes en esas leyendas y por ello ahora sus compañeros cumplen con esa determinación.

En tanto, en el área urbana los choferes suelen levantar el cuerpo o llevarlos al veterinario, ya que no todos fallecen. “Otros quedan descaderados o los lastiman”, afirmó Condori.