La decisión del Magisterio Urbano se tomó el Día del Trabajador, y la misma fue calificada como una medida política por parte de la Central Obrera Boliviana (COB).
Fuente: Brújula Digital
Por casi nueves semanas, los maestros decidieron radicalizar sus medidas de protestas llegando a tapiarse en la sede de la Federación de Maestros Urbanos y otros 10 maestros llegaron a crucificarse. Sin embargo, desde el Gobierno muestran una total indiferencia e insensibilidad ante las medidas de los maestros.
La decisión del Magisterio Urbano se tomó el Día del Trabajador, y la misma fue calificada como una medida política por parte de la Central Obrera Boliviana (COB).
«La radicalidad no garantiza – al final – el término de acuerdos. Nosotros seguimos trabajando en la ejecución y distribución de ítems de nueva creación y lo vamos a seguir haciendo; lo que no podemos hacer es prometer miles de ítems, como el magisterio urbano pide», sostuvo Pary, en una conferencia de prensa.
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Los ejecutivos del sector que se tapiaron son: Patricio Molina, Ludbin Salazar y Wilfredo Ajllahuanca. Las tres personas ingresaron el 1 de Mayo por la tarde a sus habitáculos de ladrillo, que construyeron específicamente para asumir la medida.
“Es una huelga seca y dura. El magisterio está contigo”, dijo uno de los ejecutivos del Magisterio.
La respuesta del Ministerio de Educación fue la apoyar el congreso de la educación y ofreció la creación de nuevos ítems de manera paulatina para el sector en conflicto. Sin embargo, el magisterio urbano rechazó las 8 mil horas que propuso el Gobierno, porque que el déficit alcanza a las 700 mil horas.
Los maestros llevan 85 días en constantes propuestas, pues iniciaron sus demandas el pasado 8 de febrero con cinco principales demandas: suspender la aplicación de los nuevos contenidos del currículo educativo, más ítems de nueva creación, mayor presupuesto para la educación, resolver el déficit histórico y un congreso de la educación.
En las protestas que empezaron los maestros se registraron enfrentamientos con la Policía Boliviana, con algunos maestros aprehendidos y luego liberados; con excesos tanto por parte del Magisterio como de la Policía.
Hasta la fecha no existe un llamado a una nueva mesa de diálogo por parte del Ministerio de Educación.
BD/MC