Y si así fuera, ¿qué?


Karen Arauzkaren-arauzDeberíamos pedir a alguna de esas importantes agencias internacionales que gustan de andar haciendo encuestas, sondeos y mediciones de lo bien que anda Bolivia, que se rajen con un estudio con algún trasfondo de psicología y algo de psiquiatría porque algo muy raro está pasando con nosotros los bolivianos.La bipolaridad de nuestra autoestima es ya patológica. Somos las personas más temerosas a exigir resultados óptimos de cualquier trabajo que encomendemos o servicio que contratemos. Y por otro lado, se practica la ley del mínimo esfuerzo, como si de un mandato ineludible en concomitancia con nuestra nacionalidad (con esa que por más disfraces y motes se le pongan, es sólo la boliviana). Como todo en esta tierra del Señor, hay excepciones, pero eso es lo que son. La regla generalizada es la que practican, por decir algo, los carpinteros, los plomeros y uno que otro empleado público. El retraso y/o el fracaso, se lo atribuye siempre a otros. Porque eso sí, la imaginación de los bolivianos y la creatividad a la hora de inventar excusas y camuflar la realidad, es prodigiosa. Es tanto así, que la mentira por tan elaborada y expresada con solvencia, se convierte en una verdad que hasta los escépticos terminan creyéndola. A los bolivianos, se les pasa conejo por liebre con pasmosa facilidad. Y cuando no poseemos un criterio propio para aquilatar las cosas, nos inclinamos por el más estrambótico y estridente de los pregoneros.Como en todos los gobiernos, a medida que pasa el tiempo, sobresale uno que otro personaje por sus absurdas declaraciones públicas. Todos sabemos de ese ex-presidente de esos vario pinto de las épocas militares, gran fuente de inspiración para los mejores chistes que se hayan ideado hasta hoy. Es así que debería estar en imprenta, la antología de los personajes inolvidables por su paso tragicómico por las esferas del poder.De acontecimientos recientes afloran declaraciones públicas de los auto-iluminados voceros oficialistas, brillantemente representados por la ministro del área, verdaderas perlas anecdóticas. La cantidad de sandeces que se llegan a oír que les toma encima tan gran esfuerzo, ameritarían otros objetos y sujetos más plausibles. El artículo publicado en una de las páginas interiores, nada destacable, del afamado Wall Street Journal, ha remecido los fundamentos básicos de los adherentes al poder, además de los amantes de ese dilapidado concepto convertido en hueco, como es la soberanía nacional. Una de las opiniones más osadas fue la del famoso senador-todólogo (no olviden los perros), que encontró como colofón en el artículo en cuestión, una verdad absoluta y contundente: van a invadir Bolivia. Semejante conclusión ha llevado a los furibundos antiimperialistas a renovar con nuevos bríos su machacón discurso contra los gringos que encima, nos maltratan con su indiferencia.Un renombrado periodista cruceño, en una de las famosas redes sociales anotaba sagazmente que qué bajón que SE no haya ameritado estar en la privilegiada lista de mandatarios importantes del mundo que han estado siendo husmeados, o sea, como que si los gringos no te espían, no eres nadie. Esa es una ofensa máxima a la larguísima lista de reproches que alimenta los rencores.Hay cosas que podrían ser tomadas con seriedad en esa columna del WSJ . Hay ahí verdades sospechadas, y que ahora al ser públicamente semi develadas, ocasiona la necesidad de llegar al meollo de ciertas cosas. Todo lo que ahí se dice podría no ser cierto, pero tampoco no todo es fantasía.Lo que ha ocasionado una fanfarria en las comunicaciones oficiales, es una foto de un encuentro casual o no y si es así, qué, entre el ex-Presidente Quiroga, Branko Marincovic y el enemigo público número uno, Roger Pinto en la presentación de una película boliviana en Brasil. Se armó la tole tole. Con casi espuma saliendo de las comisuras de la boca de algunos, la tal foto es el cuerpo del delito de las reuniones que conocidos bolivianos, casi todos ellos, asilados, realizan con la oligarquía derechista pro imperialista, que sólo busca, claro, el descrédito del virtuoso Don gobierno. Ya párenla con tanto complejo que por momentos se asemeja al miedo. Si Quiroga se reunió con Pinto o Marinkovic, o Antezana con Reyes Villa o cualquier boliviano con cualquiera otro boliviano fuera del país, ¿dónde está el delito? Porque si estos sujetos consideran que como ellos, los demás no son parte de una sociedad de hombres y mujeres libres, que tienen el derecho de hacer política, que lo digan de una vez y saquemos todos los trapitos al sol de una buena vez. Y si como «denuncian» es la oposición que se está re articulando para las próximas elecciones, a eso se le llama participación democrática, aunque entendemos que para algunos son conceptos casi imposible de deglutir.Cuando se elige un gobierno, no se les está girando un cheque en blanco. Ni tampoco un cartelito que diga inamovibles e imperecederos. Si existe alguna suspicacia, para disiparla, una llamadita a Cristina por ahora, será más que suficiente.