Fracasaron las conversaciones de San José al rechazar Micheletti el retorno de Zelaya
TEGUCIGALPA – JOAQUIM IBARZ – LA VANGUARDIA
Fracasaron las conversaciones de San José para encontrar una solución pacífica para el conflicto hondureño. El presidente costarricense Oscar Arias, mediador del diálogo, dijo que seguiría trabajando durante 72 horas más para evitar una guerra civil con derramamiento de sangre. En principio, las dos partes aceptaron volverse a reunir pasado mañana.
Las delegaciones, que estuvieron reunidas todo el sábado y el domingo, no lograron ponerse de acuerdo sobre la propuesta del mediador de restituir a Zelaya en el poder, que hace tres semanas fue derrocado por militares.
“¿Cuál es la alternativa al diálogo? El día de mañana, como buena parte del pueblo hondureño tiene armas, qué pasa si se dispara un arma contra un soldado, o un soldado dispara contra un ciudadano armado. Puede haber una guerra civil y un derramamiento de sangre que el pueblo hondureño no se merece”, dijo Arias sin ocultar su preocupación.
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“Yo quiero tomar 72 horas para continuar trabajando, esta vez de manera más ardua para ver si podemos lograr un acuerdo entre las partes", agregó Arias.
Carlos López, delegado del gobierno de facto de Rafael Micheletti, rechazó de plano el punto primero del plan de Arias sobre el retorno inmediato a Honduras de Zelaya.
"Lo siento mucho, pero las propuestas que ha presentado resultan inaceptables para el gobierno de Honduras. Al pueblo le interesa más la dignidad y honor que cualquier sanción que se le pueda poner”, dijo López.
El punto innegociable de Arias para salir de la crisis es la restitución de Zelaya en el poder del que fue derrocado por un golpe de Estado el 28 de junio
Rixi Moncada, delegada de Zelaya, manifestó que la negociación había fracasado por la intransigencia del gobierno golpista.
Estados Unidos había echado toda la carne en el asador para resolver con rapidez la crisis hondureña. El embajador norteamericano Hugo Llorens presionó con fuerza al gobierno de facto de Micheletti para que aceptara la propuesta de Arias.
Empresarios y políticos no se fían de Zelaya. Alegan que aunque firme en San José el plan de Arias, puede desconocerlos al regresar porque la actual Constitución no contempla que se pueda limitar los poderes del presidente. Además, esgrimen que Zelaya no cumple su palabra. “El problema es que Zelaya puede decir lo que quiera delante de Dios y luego no lo cumple”, dijo la periodista Rossana Guevara. El sábado, Zelaya aceptó el plan Arias, que especifica su renuncia a cualquier intento de reelección, y horas después declaró al diario brasileño “Folha de Sao Paulo” que cuando retome el poder insistirá en convocar una Asamblea Constituyente (con el fin de facilitar su reelección), que fue lo que desencadenó el golpe de Estado.
Washington no quiere dejar en manos del presidente Hugo Chávez el caso hondureño, e intenta evitar a toda costa que la situación derive en hechos violentos. Para forzar la situación, Llorens amenazó con todo tipo de sanciones políticas y económicas, con suspensión de las ayudas, incluida la cuenta del Milenio, para doblegar a Micheletti, a las instituciones hondureñas y a los empresarios que se siguen oponiendo al regreso de Zelaya. Según las emisoras locales, el diplomático incluso habría esgrimido que se suspenderían los visados para viajar a Estados Unidos.
El jueves pasado, Llorens se reunió en su residencia con un grupo de 20 prominentes empresarios. Un asistente al encuentro comentó a “La Vanguardia” que el diplomático “estuvo muy agresivo, señalando que la situación empeoraría y que Washington nunca aceptaría a Micheletti”. El embajador pidió a los empresarios que no dejaran que murieran las conversaciones de San José.
La respuesta de los 20 empresarios fue de rechazo al regreso de Zelaya; esgrimieron que es un presidente fracasado, responsable de delitos y violaciones a la Constitución.
“Si no restituyen a Zelaya lo van a lamentar, si hay un baño de sangre los Estados Unidos no se van a meter”, habría dicho vía telefónica el embajador Llorens a los negociadores de Micheletti en San José.
Dirigentes políticos, que pidieron el anonimato, señalaron que Llorens se extralimitó en sus funciones al amenazar con sanciones.
“Llorens sólo es el representante del ejecutivo. Pero en el Congreso de Washington hay muchas voces que no respaldan la postura de Obama con Honduras”, declaró a este periódico Adolfo Facussé, presidente de la Asociación Nacional de Industriales. “Vamos a sembrar más frijoles y más maíz para resistir. El problema va más allá de Zelaya. No queremos que Chávez mande en Honduras. Es la clave del problema”, dijo
Martha Lorena Alvarado, viceministra de Asuntos Exteriores, manifestó que, de momento, el Gobierno rechaza que Zelaya regrese al poder. Sobre las presiones de Llorens para que Micheletti acepte el regreso condicionado de Zelaya, Alvarado dijo que “no estamos aquí para contentar a la comunidad internacional si no para que se cumpla el Estado de derecho y Zelaya es un hombre con denuncias en firme”. Agregó que “igual que hemos denunciado las injerencias de Chávez y de Venezuela rechazamos cualquier presión de Estados Unidos”.