La última laguna urbana resiste, pero perdió la mitad del vaso en una década


Cochabamba, que debe su nombre al agua y a los lagos (q’ucha= lago y pampa=llano), mira cada día la dura agonía de la laguna Alalay, la última que queda dentro de la ciudad. Está casi seca, con menos vegetación, con menos aves y sin peces. Su olor irrespirable es la señal inequívoca de su contaminación.

Alalay ha sobrevivido a varias crisis en la última década, la más grave en 2016 por la mortandad de peces, y está en un proceso de envejecimiento. ¿Pero cómo está  ahora? “Está en un proceso de desecamiento, porque no hay agua que ingrese y, si es que pronto no llega el agua, se va a secar completamente”, alertó el director de la Unidad de Limnología y Recursos Acuáticos (ULRA) de la UMSS, Édgar Goitia.



Como se aprecia en las imágenes satelitales de este artículo, la laguna ha perdido espacio, agua y vegetación drásticamente en los últimos 10 años. De ahí que el dragado sea una medida urgente para revertir su crisis. (Ver infografía)

“La laguna se ha ido colmatando de sedimentos y materia orgánica que ha ido llenando el vaso de la laguna y ahora es incapaz de recibir más agua; entonces, es necesario un dragado para que podamos tener una laguna a largo plazo; sino, se convierte en un pantano y luego en un ecosistema terrestre”, explicó.

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El secretario de Planificación de la Alcaldía, Marcel Panoso, aseveró que la laguna requiere de más acciones. Observó el rol del Comité de Recuperación, Mejoramiento y Protección de la laguna Alalay (Crempla), compuesto por el Ministerio de Medio Ambiente, la Gobernación, la Universidad Mayor de San Simón (UMSS) y otras instancias.

 “El Crempla, fuera de ser una solución, ha sido parte del problema. Nosotros, como Gobierno municipal, no necesitamos que nos digan qué está mal, sino acciones”, declaró.

La extracción de lodos y sedimentos acumulados por 20 años en el fondo de esta laguna urbana permitirá recuperar la forma y profundizar el vaso para recibir el agua. Sin embargo, se requerirán de más acciones como construir la zanja de coronamiento alrededor para evitar el ingreso de aguas contaminadas y garantizar un caudal de buena calidad, como Misicuni.

El dragado se hará según los parámetros fijados por una consultoría y se requerirán 30 millones de bolivianos. Después de 12  días de suspensión por las exigencias de dos licencias más para el traslado y disposición final de los lodos, el alcalde Manfred Reyes Villa adelantó que el lunes comenzará  la extracción de sedimentos.

Fuente: lostiempos.com


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