El concejal de Guarayos fue uno de los asistentes al primer encuentro en San Javier, con miras a la elaboración de un plan departamental hídrico. Participaron Gobernación, indígenas y legisladores del departamento de Santa Cruz.
Todo mundo está preocupado porque la falta de agua ya se siente, y no solo en Santa Cruz, con sus provincias. Ocurre en Beni, Cochabamba, Oruro, La Paz, y Potosí.
A modo de anticiparse a un posible desastre, legisladores, organizaciones no gubernamentales, representantes de cabildos indígenas, y la Gobernación de Santa Cruz se reunieron en San Javier, para participar en el Primer Encuentro por el Territorio del Norte de la Chiquitania, enfocado en la creación de un plan departamental de seguridad hídrica.
La cita se prolongó por dos días, suficientes para que los lugareños den a conocer a autoridades y otras instituciones sus criterios y experiencias con respecto a la escasez del líquido vital.
Una de ellos fue Inmer Dorado, vocal del Comité de Gestión de la Cuenca Guapomó, que habló de los daños ambientales que está provocando la construcción de la carretera San José – San Ignacio.
Lamentó que la empresa no a cargo no tenga cuidado, ya que han fregado una represa, y tampoco dejaron espacio suficiente en puntos donde ya tenían pozos de agua, además de otras irregularidades, que “se dieron a conocer al panel de control del Banco Mundial”, ente financiador, que se comprometió a emitir un informe hasta enero de 2024.
Robert Shock, concejal por Ascensión de Guarayos, dijo que como municipio les preocupa lo que haga o deje de hacer Beni, sobre todo en las provincias Marbán y Moxos, que en estos momentos, igual que Ascensión, reciben “terrible” presión de expansión de la frontera agrícola, en desmedro de los recursos hídricos.
“Ascensión se ha convertido en el lugar perfecto de los exiliados económicos, que salen de todo el país en busca de seguridad alimentaria. Organizaciones ajenas al pueblo guarayo han certificado la deforestación de 42.382 ha de bosque en producción forestal”, ejemplificó.
Asimismo, Shock advirtió “en un tiempo más tendremos hambre de agua, y no podemos permitirlo. La conservación no puede ser una cuestión de cuatro hippies o abrazadores de árboles, sino de todos”, dijo.
Para evitar la catástrofe, recalcó que son muy necesarias las alianzas entre municipios y diversos actores.
Por su parte, la diputada de Comunidad Ciudadana, María José Salazar, recordó que el tema hídrico es troncal y que debe trabajarse a escala departamental, ya que existen fuentes de agua que se han descuidado, “pero ya es hora de que nos sentemos a plantear una estrategia para cuidarlas. Comprometo mi apoyo y seguimiento”, aseguró.
El asambleísta departamental Oscar Nelson Feeney explicó que la reunión fue para tratar un tema que está agobiando a todos, e indicó que se buscó la participación de todos los municipios chiquitanos, para “escuchar la voz de los lugareños, ya que la solución tiene que venir desde adentro. Son los principales afectados”, dijo.
Javier Porras, director del Servicio de Gestión de Recursos Hídricos de la Gobernación, dijo que la finalidad del encuentro en San Javier es que autoridades con competencia en el tema del agua, y otros involucrados, intercambien vivencias y criterios, “que serán plasmados en un plan departamental de recursos hídricos, a la talla de Santa Cruz”.
Asimismo, adelantó que habrá próximos encuentros en otras provincias, que el siguiente será en Guarayos, antes de fin de mes.
Daniela Justiniano, de Alas Chiquitanas, lamentó que se empiece de cero, cuando ya existe un Acuerdo por el agua, desarrollado con la Cooperación Alemana, en 2018.