Angustiada por la pesadilla que callaba desde hace cuatro meses, una niña de 12 años le rogó a su madre que se mudaran de la casa de inquilinos donde habitaban en la avenida Panamericana, de la zona sur.
La madre pensó que a su hija no le gustaba el lugar y accedió a la mudanza. Luego de buscar alquileres por varios días, halló otras habitaciones y se fueron. Cuando la menor se supo a salvo, el 2 de enero de este año, rompió en llanto y le contó a su madre que uno de los inquilinos de la casa en la que vivieron antes, la violó en cuatro oportunidades.
Relató que el agresor, de ocupación panadero, aprovechaba que la madre salía a vender, para acosarla y meterla a un baño de la casa que todos ocupaban, donde la vejaba.
Llorando, la niña dijo que el hombre la amenazaba con matarla a ella y a su madre si abría la boca para denunciarlo.
La última vez que abusó de ella fue el 17 de diciembre, cuando la niña le imploró que se mudaran. La madre y una tía de la menor se fueron a la casa donde ocurrieron los vejámenes, hallaron al panadero y lo sacaron a golpes del lugar. Un patrullero pasó por la zona y las mujeres denunciaron lo ocurrido. Los policías aprehendieron al hombre y lo llevaron a celdas de la fuerza anticrimen. El panadero admitió el delito y dijo que se sintió enamorado de la niña porque ella “lo enloquecía” usando faldas cortas.
Fuente: Opinión
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