Carlos D. Mesa, expresidente de Bolivia. Descarta su participación en política y opina que la elección 2014 será dura para la oposición.
“Hay la percepción de que el Gobierno llegó para quedarse”
El expresidente de Bolivia, Carlos D. Mesa
Página Siete / La Paz
El expresidente Carlos Mesa afirmó que en el último año se ha producido una "consolidación fundamental” en el país, que es "la percepción nacional de que el gobierno del presidente Evo Morales llegó para quedarse”.
"Empiezas a ver obras que muestran a un Gobierno que está montado en el potro y que lo está dominando”, dijo a Página Siete. Asimismo, pronosticó que el proceso electoral será complicado para la oposición, "más complicado de lo que parecía antes”, sobre todo si se confirman candidaturas como las de Jorge Quiroga o Jaime Paz Zamora, que no serían significativas individualmente, pero restarían votación al total opositor, favoreciendo al candidato oficialista. En todo caso, dijo, no cree que Morales obtenga los dos tercios de votos que se anuncian.
Página Siete.- ¿Cuál es su balance de 2013 y su pronóstico para 2014?
Creo que se ha producido una consolidación fundamental, que es la percepción nacional de que el gobierno del presidente Evo Morales llegó para quedarse. Podrás debatir sus características, pero en la gestión de Morales empiezan a verse resultados, lo cual es obvio en el octavo año de gobierno. Tienes infraestructuras, carreteras, la inauguración de la planta separadora de gas, empieza a funcionar Papelbol, empiezas a ver obras que muestran a un Gobierno que está montado en el potro y que lo está dominando. El éxito económico, vinculado a las características de la economía mundial, le permite una proyección a largo plazo, que hace un año, dos o tres no estaba muy clara. Este factor se combina con otra evidencia, la del autoritarismo, el discurso único, la hegemonía del poder, el control de los poderes del Estado y la persecución a través de la judicialización de la política, más su confrontación y presión sobre los medios de comunicación. Son hechos incuestionables, que son elementos fuertemente criticables en un modelo democrático, pero que no creo que estén generando una reacción en el electorado.
Este proceso de consolidación te hace pensar que para 2014, la descarnada campaña que el Gobierno está haciendo, plantea una perspectiva electoral complicada, primero porque las reglas del juego no son equivalentes ni lo serán. No es posible pensar que el TSE, que tiene una fuerte presión, para decirlo elegantemente, del Gobierno, va a frenar los excesos del Gobierno en el uso ilimitado de recursos, de los medios de comunicación. En segundo lugar, el problema que empieza a vislumbrarse, la aparición de candidaturas que no eran parte del escenario el año pasado y que de pronto podrían generar no una fragmentación típica con ocho candidatos, cinco o seis de los cuales son nominales o testimoniales, como los expresidentes Tuto Quiroga o Jaime Paz Zamora. El escenario cambia para la oposición y el Gobierno lo celebra. La idea de la unidad, cuando se tiene que enfrentar a un político que globaliza como Morales, podría pulverizarse si aparecen candidatos que eventualmente no son ganadores, pero que pueden copar cinco o siete puntos.
En este momento que está muy bien perfilada la reelección de Morales. Subrayo que me parece inconstitucional, aunque el Tribunal la haya legitimado y tengo que aceptarla, como demócrata que soy, pero en lo intimo creo que es inconstitucional. Lo subrayo simplemente para que no se olvide algo que a veces se olvida y acabamos aceptando las cosas que se hacen mal.
Página Siete.- ¿No ve posible la unificación de la oposición ni siquiera parcial?
Parcial, sí. Mi impresión es que los esfuerzos de Doria Medina, que es indudablemente quien está generando la idea de unidad más importante, van a tener un primer elemento a prueba, que es una primaria, sea vía encuesta o vía elecciones. Ahí encontraremos un camino, pero de pronto lo que estoy diciendo no se confirma, si aparecen candidatos como Jaime Paz o Jorge Quiroga, las cosas pueden cambiar porque es obvio que ellos no van a formar parte de una estructura de unidad. Rubén Costas también se perfila no como un potencial aliado. Podría incluso ensayar las posibilidades de ser candidato por sí mismo. El escenario de que Costas acabara aliándose con Juan Del Granado o con Samuel no es tan simple. Del Granado la tiene complicada porque aparece como un candidato aislado. Si aparecen otros candidatos, la perspectiva que Doria Medina está intentando construir podría debilitarse.
Página Siete. – ¿Ve a Evo Morales con dos tercios?
No, en ningún caso. Aquí hay que complementar el análisis con la experiencia electoral de 2005 y 2009. En 2005, con Morales en 54 puntos, Tuto obtuvo 28; y en 2009, con Morales en 64 puntos, Manfred Reyes Villa obtuvo 27. ¿Qué quiere decir eso?, que el tercio anti-Morales cuando Morales arrasaba, estaba en el 30%. Yo no veo que Morales repita una elección ni como la del 2005. Mi impresión es que estará del 40 a 50%. En un momento determinado, alguien que es radicalmente contrario a Morales, apoyará al candidato que pueda hacerle frente. Por lo tanto, más que un voto por el mérito o la seducción de un candidato será por la capacidad que tenga de lograr ese 30%. Hay margen de crecimiento para la oposición. El problema está en que aparezcan candidaturas fuertes individualmente aunque no tengan posibilidades de ganar la elección. Pero, como Morales es un candidato polarizador, el electorado anti-Morales acabará decantándose por algún candidato que se acerque al 35% de votos.
Página Siete.- Desde el punto de vista económico, ¿cómo ve el futuro?
Es promisorio. No vamos a tener las cifras espectaculares de los tres últimos años, pero en ningún caso vamos a sufrir una caída dramática de los precios internacionales. Éste es un factor a favor de Morales porque él capitaliza la idea de que es el autor de ese éxito. Hay que reconocer que el manejo macroeconómico del Gobierno hasta ahora ha sido exitoso y esto es muy importante.
Página Siete.- ¿Cómo encuentra esta nueva elección al país? ¿Cuáles son aspectos negativos?
Donde estamos mal es en la desinstitucionalización, un Gobierno personalizado en Morales, un Gobierno autoritario, un Gobierno que no abre espacios al diálogo, que no escucha a la oposición, un Gobierno que pretende generar todo y tener todo bajo su control te acaba destruyendo lo que es esencial en el sistema democrático: el pluralismo, la alternancia en el poder y la existencia de una oposición que sea verdaderamente fiscalizadora, que contraste al Poder Ejecutivo. Ése es un aspecto muy grave en el mediano y largo plazos, pero lamentablemente no es algo que en bonanza económica se convierta en un elemento que haga que un elector diga: para recuperar derechos humanos, igualdad, yo voy a votar en contra de él.
Los factores más negativos son el incremento de la violencia, la inseguridad, la preocupación sobre el rol del narcotráfico en la sociedad. Otro aspecto que empieza a crecer es el de la corrupción, la percepción que en este Gobierno hay corrupción, lo que no quiere decir que el Presidente sea corrupto ni mucho menos. Quiere decir que hay elementos claros de corrupción que no están siendo combatidos. Lo que a mí me preocupa adicionalmente es la desinstitucionalización. Las consecuencias las viviremos después, cuando termine la era Morales. ¿Cuándo terminará?, no lo sé, pero en el momento que Morales desaparezca del escenario político, la desinstitucionalización va a mostrar dramáticamente su cara.
Página Siete – ¿Su decisión de no volver a la política activa es definitiva?
Definitiva, categóricamente. En 2014, definitivamente. En la eternidad, nunca se sabe, eso de decir nunca. En este caso, en 2014, con claridad, no voy a participar en política en ninguna candidatura.
"Mario Vargas Llosa es tan polarizador como Evo Morales”
"Mario Vargas Llosa, políticamente hablando, es tan polarizador como Evo Morales. En otras palabras, Vargas Llosa refuerza a los convencidos, es decir a los que creen en el liberalismo, los que se oponen al modelo del ALBA”, dijo Carlos Mesa al comentar la visita que realizará el Premio Nobel de Literatura a Santa Cruz y las críticas del Gobierno.
"Por supuesto , van a aplaudir a dos manos lo que diga, pero en posiciones de centro izquierda y de izquierda no va a mover un milímetro, porque hay un prejuicio muy fuerte contra él, en cuanto a lo que él representa ideológicamente”, agregó. "En consecuencia, no creo que tenga el efecto de convencer a un sector de la población de lo negativo que tiene el Gobierno”.
Sin embargo, admitió que se trata de "un golpe de efecto muy importante”, ya que el escritor es una personalidad mundial, con una gran influencia en los sectores intelectuales y los ámbitos de decisión, y "uno de los pensadores más lucidos en defensa de la idea liberal en su sentido más puro, el liberalismo clásico, no del neoliberalismo que se ha etiquetado de una manera tan despectiva que se acaba desmoronando, sino de las ideas liberales que fueron las que construyeron el republicanismo”.
Es un combatiente y como combatiente no tiene la capacidad de hacer el análisis del escenario boliviano: dirá que el presidente Morales representa los peores valores antidemocráticos que existen.
El Gobierno no tiene un vínculo con los intelectuales
Según Carlos Mesa, el problema del Gobierno es que no tiene una vinculación plural ni con los sectores políticos ni con el mundo intelectual.
"El país está polarizado y en ambos sectores, Gobierno y oposición, lo que tenemos es militancia y mucha dificultad para el reconocimiento. No invitamos a personas que nos ayuden a pensar mejor las cosas, invitamos a gente que refuerza las ideas que tenemos”.
Mesa dijo que el presidente Morales y Álvaro García Linera, han construido un tandem que se complementa muy bien y en el que el Vicepresidente se encarga de la relación con el mundo intelectual. "El presidente Morales, desde luego, tiene cero interés en vincularse con sectores intelectuales porque es un hombre de acción, es un hombre político por definición, es un hombre de sindicato, de calle, de reunión pública. Por lo tanto su sensibilidad y su propia formación no lo inclina a vincularse con los intelectuales”, sostuvo.
"Para eso está García Linera y éste ha construido una estructura que se vincula con los sectores intelectuales. Ha invitado, de la misma manera que la oposición Vargas Llosa, a lo más granado de la vieja intelectualidad. Tuvimos visitas importantes de intelectuales que tuvieron una influencia significativa en el pensamiento de los años 70 y 80”, señaló.