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Todo parece indicar que al sacerdote de la parroquia La Recoleta Roberto Carlos Cartagena Rivera, en Arequipa, la Iglesia Católica no le perdonará el pecado de ceder ante la tentación de la carne.
En la última semana de diciembre del año pasado el sacerdote fue descubierto saliendo del hostal “Florencia”, en el distrito de Bustamante y Rivero de la Ciudad Blanca, con una mujer de 37 años que era una de las colaboradoras de su parroquia. Una de las primeras medidas de la orden franciscana, a la que pertenece el cura, ha sido suspenderlo de sus funciones.
Por su parte, el arzobispo de Arequipa, Javier del Río Alba, consideró un escándalo lo ocurrido. “Ya comuniqué el hecho al superior de la orden religiosa a la que pertenece. Ahora mismo Cartagena Rivera ya se encuentra en la capital respondiendo a sus superiores”, refirió.
La feligresa involucrada manifestó que estuvo en el hostal con el cura para coordinar una chocolatada para los niños pobres. Para el obispo Del Río Alba, dicha explicación es poco creíble.
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Según el arzobispo, hay varios aspectos que serán evaluados. “Si fue una caída, es decir, cedió a una tentación, se le puede ayudar, pero si sostenía una relación, es una falta grave, por lo que correspondería la expulsión de la Iglesia. El código canónico prohíbe siquiera mantener un sentimiento por otra persona”, detalló.
Cartagena Rivera, al pertenecer a la orden franciscana, tenía que respetar tres normas: pobreza, obediencia y castidad.
Fuente: Red Uno, http://peru21.pe