Tuvo que pasar una década para que exautoridades de primera línea revelen que una danza de millones de dólares y favores políticos ayudaron a su fuga en enero de 2004. Aseguran que está vivo, que salió por Puerto Suárez y que vive en Italia o medio oriente
El italiano, frente a una autoridad policial, en una de las tantas declaraciones registradas
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ROBERTO NAVIA Y CECILIA DORADO
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A 10 años de la fuga de Marino Diodato, supuesto líder de la mafia italiana en Bolivia, exministros de Gobierno del expresidente Hugo Banzer (ADN) desvelan la danza de dólares que sustentó su poder y hasta ‘facilitó’ su huida de una clínica privada donde estaba internado, mientras cumplía una condena de 12 años por delitos relacionados con el narcotráfico. Según las exautoridades, el silencio tuvo un precio que muchos pagaron para que no se conociera la verdadera historia.
Desempolvar el caso no es fácil, varias fuentes consultadas prefirieron callar. Y es que el poder que tuvo Diodato y el que podría seguir teniendo, atemoriza a más de uno, más si se habla de que el italiano todavía está vivo.
Los exministros de Gobierno Guido Náyar y Wálter Guiteras en entrevista con EL DEBER, coincidieron en que Diodato pudo huir porque tuvo protección de gente de poder económico y político relacionada con sus actividades ilícitas en el país y que se comprometieron con él: “Vos no hablaste, no me quemaste en el juicio, ahora te ayudo, pero no vuelvas nunca más”.
Eso dice ahora Guiteras, una década después de que explote la noticia aquel 31 de enero de 2004, cuando se informó de que el italiano se fugó de la clínica Bilbao donde estaba internado desde marzo de 2003.
Esta historia empezó mediáticamente el 17 de junio de 1999 cuando fue detenido por la Policía y una semana después acusado de espionaje telefónico, funcionamiento de casas de juegos de azar clandestinas, tráfico de armas y lavado de dinero.
Ahora, Guiteras, alejado de la política activa, desde su casa en Santa Cruz, recordó que cuando se llevaba a cabo el juicio había personas que defendían al hombre del que se dice que fue miembro de un cuerpo especial de la Policía de Italia, que en Bolivia organizó un grupo de seguridad en Palacio y que estuvo en el cuerpo especial de reacción inmediata del Gobierno de Banzer. También se dijo que Diodato hizo campaña electoral a favor de Banzer, lanzándose en paracaídas con un letrero que decía voten por ADN, que tenía amigos en el Gobierno de aquel entonces, tanto dentro como fuera de los gabinetes ministeriales, de las Fuerzas Armadas, de la Policía y empresarios.
“Un buen núcleo de la ADN, de personas vinculadas al Gobierno, querían que se lo liberara”, aseguró Guiteras, que fue ministro de Gobierno del 21 de junio de 1999 al 15 de mayo del 2000, y que ahora cree que parte de ese grupo de apoyo en aquel momento, fueron los que ayudaron a que Diodato se fugara. También hizo referencia a una ‘sobrina’ de Yolanda Prada, esposa de Banzer, y a otras personas que manejaban los juegos de azar y que presionaban para que se lo liberara. Finalmente, habló de ‘la intencionalidad del Ministerio Público para largarlo’. Todo lo contrario de lo que la embajada estadounidense pretendía.
Guido Náyar, que renunció al Ministerio de Gobierno un día después de la detención de Diodato ocurrida el 17 de junio de 1999, en la entrevista vía Skype desde algún país del mundo donde está en carácter de refugiado, ratificó que dejó el cargo por las diferencias que tuvo con el presidente Banzer y no por algún vínculo con Diodato. En coincidencia con Guiteras, aseguró que todo apunta a que en la fuga del italiano hubo complicidad política, porque de Palmasola lo terminan llevando a una clínica privada y dejándolo prácticamente sin custodia, era una ‘invitación’ para que se fugara. “Parece que fuera gente que quería que se vaya simplemente y se acabe el tema… Mucha gente ligada al tema de los casinos peleaba para que no se conocieran los entretelones”, confesó Náyar.
Para él, “el caso (Diodato) fue muy mal llevado, mal sustentado, pésimamente defendido por parte del Ministerio de Gobierno y de la Felcn (antinarcóticos)… Al final no hubo voluntad política para llevar a cabo la investigación. El caso terminó y él huyó”.
El mismo Guiteras dejó entrever que el propio expresidente Banzer “no daba ninguna señal” a favor de que Diodato fuera sentenciado y que en Santa Cruz el italiano “tenía una fuerte estructura”. “Banzer fue frío, dijo que yo haga todo lo que vea conveniente y que si tenía todas las pruebas, él se iba a excluir”.
El baile de dólares
En palabras del exministro Guiteras, Marino Diodato entregó en un solo año $us 6.000.000 millones a un ‘distinguido político’ de Bolivia, a otro le dio $us 200.000 y la danza de los billetes subía y bajaba en función al cargo y a la institución desde donde se protegía el funcionamiento de las casas clandestinas de juegos de azar y las vinculaciones con el narcotráfico.
Guiteras, que asumió el cargo tres días después del arresto de Diodato, y que reemplazó a Náyar, dijo tener en su poder las listas con nombres de policías, de gente del Ejército de alto rango -desde comandantes nacionales hasta departamentales- y de políticos del Gobierno de ADN y de la oposición que tenían relación con Diodato, que encubrían sus acciones en casas de juegos clantestinas, narcotráfico y tráfico de armas.
Náyar, que dijo vivir hoy con poco dinero en un departamento de una sola habitación, con el sueldo de asesor a empresas, coincidió en que a Diodato lo apoyaban personas que invirtieron en el negocio de los casinos que fue muy ‘lucrativo’ y que no descarta también el respaldo de personas de la misma ADN.
Poder en todos lados
El coronel Rolando Fernández, que en aquel entonces era director nacional de la Policía Técnica Judicial (PTJ), hoy Felcc, explicó que las investigaciones descubrieron que en la clínica privada donde estaba internado Diodato tenía ciertos privilegios, como una línea de teléfono privada, que se ganó la confianza de sus custodios policiales y que gracias a eso salía a trotar en las noches.
“Salió caminando de forma muy tranquila. Se subió al taxi de Ricardo Borba Mesquita, que trató de acelerar y Diodato le dijo que fuera con calma, que no había apuro, que no llamara la atención. Se fueron por el segundo anillo hasta la Pampa de la Isla donde había una furgoneta color beis, Wolskvagen. El italiano entró al vehículo, se metió en un cubículo dentro del piso y desapareció”, relató Fernández, basando su declaración en la información que dio Borba Mesquita y la misma PTJ.
¿Vivo o muerto?
A una década de su fuga, al menos cuatro protagonistas de este capítulo de la historia en Bolivia creen que Diodato está vivo. Ellos son Guiteras, Náyar, el coronel Fernández y Jorge von Borries, padre de la fiscal Mónica von Borries, que dirigía la investigación del caso y que murió en 2004 víctima de un atentado con coche bomba atribuido al italiano. Guiteras dijo que está en Italia, Fernández sostuvo que vive en el medio oriente y Náyar, si bien no especificó, fue contundente: “Hay versiones periodísticas de que murió. Eso es totalmente falso”.
Y es que el periodista Herland Campos Reimers, que en 2008 escribió el libro Diodato, el final de un fugitivo, maneja la hipótesis de que Marino Diodato del Gallo se suicidó. Dicha hipótesis se basa en el relato del ciudadano boliviano de ascendencia italiana, Fernando Finneti, mano derecha de Diodato, que narró al periodista que, tras su fuga, escondió al italiano en una propiedad llamada Coloradillo, por Warnes, lugar donde una tarde cuando le llevaba alimentos, lo encontró ahorcado. Misteriosamente, Finetti murió atropellado un día antes del pactado con el periodista, para ir al lugar donde supuestamente lo había sepultado.
Hoy, Campos concluye: “Mientras el italiano no aparezca, mi hipótesis permanecerá vigente”
Perfil
MARINO DIODATO
PRÓFUGO DE LA JUSTICIA BOLIVIANA
El hombre y el mito
Marino Diodato del Gallo nació en Italia hace 58 años. Se supo que había sido nombrado colaborador de las FFAA, que en Italia fue expulsado de la Policía y que en Bolivia, casado con una sobrina de Hugo Banzer. También se lo vinculó con una red de espionaje telefónico organizada supuestamente desde Palacio de Gobierno, sin embargo muchas de las investigaciones no prosperaron. Se lo condenó por delitos relacionados la ley 1008, pero huyó.
En Palmasola tenía gente que lo cuidaba y de la clínica se fue debiendo 1.500 dólares
“En la cárcel de Palmasola, Marino Diodato tenía un equipo de seguridad que no permitía que se le acerquen las personas si no era con su autorización”, aseguró el coronel Rolando Fernández, que en 2004 era director nacional de la PTJ.
Los reclusos que fueron compañeros de cárcel del italiano Diodato entre 1999 y el 2004, recuerdan que había noches en las que el italiano iba a dormir al penal de mujeres, bajo excusa de que era una especie de entrenador de gimnasio, actividad física que realizaban como parte de terapia ocupacional.
También cuentan que tenía hasta cinco filtros, cordones de seguridad, que se interponían ante quienes querían llegar hasta él sin pedirle permiso, puesto que se cuidaba en todo momento, bajo la teoría de que su vida corría peligro y su estado de salud se deterioraba.
“Era un preso que leía mucho”, relató un hombre que solo se animaba a observarlo de lejos, y que recuerda que cuando no lo veía haciendo ejercicios, era porque estaba leyendo algún libro que le llegaba de regalo o que se prestaba de la biblioteca del penal.
“También era un hombre que escribía”, contó otro preso que está pagando una pena por asesinato. Este hombre no se equivoca, porque a fines del 2003 Diodato presentó su libro La cárcel.
Internado
En la clínica Bilbao recordaron que Diodato se fugó debiendo una cuenta de 1.500 dólares. Ya en 2004 se había informado que el supuesto cabecilla de una banda italiana tenía una deuda de tres meses de internación en ese centro y que él siempre se mostró como ‘un caballero’.
Diodato fue varias veces hospitalizado en la clínica privada por una enfermedad cardiaca que se le hizo evidente a comienzos del 2003 y que se manifestó hasta antes de burlar su custodia policial.
La secuencia de los hechos
La detención
Tras ser detenido el 17 de junio de 1999 fue acusado de espionaje telefónico, funcionamiento de casas de juegos de azar clandestinas, lavado de dinero y de estar infiltrado en instituciones del Estado.
EL JUICIO
La justicia lo absolvió en el proceso por escuchas telefónicas y de regentar casas de juego de azar. Pero después fue sentenciado a 12 años por delitos condenados por narcotráfico regidos por la Ley 1.008. Marino Diodato siempre se declaró inocente. Tras el fallo apeló ante la Corte Suprema de Justicia.
PROBLEMAS DEL CORAZÓN
Sufrió un infarto severo estando en el Penal de Palmasola. Por eso fue intervenido quirúrgicamente y se le realizó un baipás.
LA FUGA
El 31 de enero de 2004, se fugó de la clínica Bilbao, burlando la vigilancia de cuatro policías.
La bomba
El 27 de febrero de 2004, mataron a la fiscal Mónica von Borries, al hacer explotar una bomba debajo de su motorizado. Se lo atribuyen a él y a sus cómplices.
ENTREVISTA
Guido Náyar
– EXMINISTRO de Gobierno –
“Yo estaba en la lista de los objetivos de Marino Diodato”
Su principal vínculo con el país es la tecnología. Guido Náyar, que dice haber logrado el ‘asilo’ en el exterior tras salir de Bolivia por supuesta persecución por el caso terrorismo, no deja de escribir en las redes sociales. Aunque no desveló su paradero, dijo haberse salvado en dos oportunidades de ser víctima fatal de Marino Diodato, después de haber dejado el Ministerio de Gobierno.
¿Puede dar más detalles sobre la primera vez que Diodato habría atentado contra usted?
Después del atentado a la fiscal Mónica von Borries, la investigación de la Policía reveló que el brasileño Ricardo Borba dijo que con un español me habían seguido y que en una oportunidad lo hicieron hasta la clínica Foianini, pero que no se acercaron porque yo estaba acompañado. El extranjero especificó el día en que lo hicieron y precisamente era el día en que operaron a uno de mis hijos. Yo estaba en la lista de los objetivos del grupo de sicarios de Diodato.
¿Cómo fue la segunda vez?
Sucedió en Warnes, en una propiedad donde yo trabajaba. El primero de enero de 2008 yo tenía que ir a ese lugar con mis hijos a hacer un trabajo, pero uno de ellos quería quedarse y al final no fui. Ese día, durante la noche, un grupo de personas armadas llegó a la propiedad, me buscó, tumbó todas las puertas, encañonó a la gente que vivía ahí y la tuvo reducida durante horas. Se robaron algunas cosas y luego se fueron, después que no fui al lugar.
¿Qué hizo usted?
Horas después me enteré, fui a la Policía de Warnes y con un pequeño contingente de uniformados nos trasladamos hasta la propiedad. Tiempo después descubrí que una de las personas encapuchadas y armadas era un tractorista que trabajó en el lugar. Se logró detenerlo y, aunque inicialmente parecía un robo, descubrieron algunas influencias. Curiosamente, en esa época se decía que Diodato estaba refugiado en Warnes. Una de las personas que vivía frente a la Asociación de Ganaderos de Warnes era señalada como la que guardaba armas del italiano. Este señor fue atropellado día antes a esta investigación y murió. Nunca se esclareció su caso.
¿Cree usted que el caso Diodato puede reabrirse?
La ley tiene sus plazos, los casos extinguen en el tiempo. Si no existió voluntad política, seguramente esos plazos se vencieron. El caso que tiene que estar en vigencia es el asesinato de Mónica von Borries
Fuente: El Deber.