El peligro de la megalomanía


Roberto Ortiz Ortiz*Roberto-Ortiz-300x300Existen muchos países en la historia que han sido destruidos social y culturalmente, debido a gobernantes de regímenes autoritarios que han logrado ejercer al máximo su poder en detrimento de la sociedad, además de establecer una admiración -casi religiosa y cultural- hacia ellos.Analizando ejemplos históricos y actuales no muy lejanos como el de Corea del Norte con Kim Jong-un, Argentina con Juan Domingo Perón, Venezuela con Hugo Chávez, La Unión Soviética con Iósif Stalin y muchos otros países del norte de África como Egipto con Hosni Mubarak, podemos observar que estos presidentes, muchas veces mediante la coerción y el exuberante gasto en propaganda, han logrado no solamente convertirse en los más conocidos, sino también en objetos de admiración y obsesión que se les atribuyen: himnos, estatuas, murales, canciones y hasta oraciones. Además de castigos y pena de muerte para los ciudadanos que no los admiren como ha sido establecido.Este estado psicopatológico caracterizado por delirios de grandeza, poder, riqueza u omnipotencia. Termina siempre por acabar con la cultura y religiones de un país, además de hegemonizar por completo el pensamiento y otorgar total control al megalómano.Bolivia no se queda atrás, Evo Morales y su megalomanía aumentan cada día, desde sus inicios cuando se proclama presidente en las ruinas de Tiwanaku -como líder indígena supremo-.Hasta hoy con radionovelas sobre su vida, discursos de muy larga duración, murales pintados con su rostro, distintos lugares bautizados con su nombre y muchas otras distinciones que engrandecen su ego y su poder. Morales inventa cada día una nueva forma de divinizarse y se ha olvidado ya que su verdadero trabajo consiste en regir las políticas públicas que mejoren el desarrollo del país.La batalla de una sociedad contra un megalómano –que ha copado la mayoría de las mentes- no es fácil, sin embargo se puede cambiar solamente si los ciudadanos así se lo proponen.*Estudiante de ingeniería comercial