Los comicios podrían prolongarse a una segunda ronda si ningún candidato alcanza el 40% de votos
Un seguidor del partido Acción Ciudadana. / Jeffrey Arguedas (EFE)
La fiesta en las calles y la tensión en las sedes de los partidos políticos predominan en las disputadas elecciones que se celebran este domingo durante las doce horas que las urnas están abiertas en Costa Rica.
Con banderas y caravanas, el entusiasmo de los seguidores de los principales cuatro candidatos presidenciales es notable, en unos comicios que podrían prolongarse a una segunda ronda si ninguno de ellos alcanza en esta jornada el mínimo del 40% de votos válidos.
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
El oficialista Johnny Araya (Partido Liberación Nacional, PLN), con la ventaja de poseer la mejor estructura organizativa, es el único que mantiene un discurso optimista de triunfo en la primera vuelta, aunque asesores cercanos consideran el escenario de un balotaje sin saber quién puede ser el rival. Las encuestas revelaron que no hay favoritos, pero sí muchos indecisos, como Nidia Herrera, que estaba de primera en la fila para entrar a votar y aún no tenía clara su preferencia.
En los alrededores de los centros de votación, las banderas y camisetas amarillas evidencian la fuerza que cobró en esta campaña el candidato de izquierda José María Villalta, quien dio un mensaje menos triunfalista que Araya y pidió a sus seguidores aprovechar los vehículos liberacionistas para ir a los 2.115 centros de votación del país y materializar el apoyo que se ha reflejado en las encuestas. Él sigue resguardado por policías judiciales tras presuntas amenazas de muerte, según confirmación oficial, una noticia inusual en el ambiente electoral del país menos inseguro de Centroamérica.
Villalta fue el único que no asistió a una misa especial celebrada en la Catedral Metropolitana, en San José, al cierre de un proceso electoral en el que abundó el debate sobre religión. Sí asistió el candidato Luis Guillermo Solís (Partido Acción Ciudadana, PAC), quien logró aumentar su apoyo en el mes de enero con un buen desempeño en los ocho debates transmitidos por radio y televisión. Este sábado, en un esfuerzo por redondear el apoyo en la periferia del país, zona débil para el PAC, recorrió en avioneta las siete provincias del país.
En uno de estos foros, este politólogo e historiador dijo que la política en Costa Rica “está enloquecida”. El debate ideológico entre izquierda-derecha, el desgaste de la política tradicional y el fin del bipartidismo se constataron en esta campaña y se muestran en esta jornada. No hay el fervor de elecciones anteriores, pero sí se atemperó el clima electoral y la previsión del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) espera una votación superior al 70%, más que el 68% registrado en las votaciones del 2010.
El otro candidato en apariencia fuerte es Otto Guevara, del Movimiento Libertario (derecha), que intenta presentarse como “el cambio necesario”, después de dos gobiernos continuos del PLN. También tiene la expectiva de colarse al menos en una segunda ronda, aferrado a su discurso de evitar que se instaure “el comunismo”, el arma que algunos sectores conservadores han usado contra el aspirante Villalta.
Este debate con tintes ideológicos elevó el tono de la discusión y, en parte, el interés de la gente por votar. Aún este domingo, cientos de ciudadanos atiborraron las oficinas del TSE para retirar a última hora su cédula y poder votar, como parte de un padrón de 3,1 millones de electores, incluidos los costarricenses radicados en otros países por primera vez en la historia.
El TSE prohíbe la publicación de las encuestas realizadas a pie de urna antes de la emisión de los primeros resultados, previstos para las ocho de la noche, dos horas después del cierre de los colegios electorales.
Fuente: elpais.com
