El año pasado, Bolivia registró un déficit en la balanza comercial luego de tres años consecutivos (2020-2022) de obtener superávit. El IBCE lo atribuye a los conflictos externos e internos que afectaron las exportaciones nacionales.

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De acuerdo con el boletín de comercio exterior del Instituto Nacional de Estadística (INE), el déficit comercial registrado en 2023 llegó a los $us 585 millones. El año 2000, Bolivia tuvo una cifra similar en el saldo comercial que era de menos $us 545 millones.

El déficit comercial se mantuvo hasta 2003, pero la cifra fue bajando hasta llegar a los $us 16 millones. A partir de 2004, las exportaciones bolivianas mejoraron y superaron las importaciones, por lo que el saldo comercial fue positivo entre 2004 y 2014.

DÉFICIT

El año que Bolivia registró el mayor superávit comercial fue en 2012 cuando se llegó a la cifra de $us 3.401 millones (ver cuadro).

Posterior a 2014, la balanza comercial registró cifras negativas desde 2015 hasta 2019. Ese año, Bolivia anotó una balanza negativa en el comercio exterior que llegó a los $us 891 millones, de acuerdo con datos del INE.

En 2016, Bolivia registró un déficit en la balanza comercial de $us 1.305 millones, el más alto en la historia del país desde 1992.

Los $us 585 millones de déficit comercial en 2023, según el INE, se debió por el contexto internacional, como el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, la situación de los mercados financieros internacionales, la contracción económica mundial y el cambio climático. A nivel nacional, las sequías y los bloqueos en carreteras generaron un déficit de $us 585 millones.

El resultado del déficit comercial se explica porque las exportaciones a diciembre de 2023 alcanzaron los $us 10.911 millones, cifra menor en $us 2.760 millones a la registrada en el mismo período de 2022. Mientras que las importaciones llegaron a $us 11.496 millones, menor en $us 374 millones a la registrada en igual período de 2022.

FACTORES

El gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Gary Rodríguez, dijo que a los problemas externos e internos se debe añadir el bloqueo en Desaguadero, en el lado peruano, que duró tres meses a inicios del año pasado; la caída generalizada de las cotizaciones internacionales, por el menor crecimiento de China y la baja dinámica de la demanda internacional.

También la escasez de barcazas en la cabecera de la Hidrovía Paraguay-Paraná para la salida de las exportaciones nacionales por el Atlántico; la tardía asignación de cupos para exportar alimentos; los costos de logística y transporte altamente incidentes en un país geográficamente enclaustrado como Bolivia; la falta de una sinergia público-privada para mejorar la competitividad y algo que preocupa cada vez más: la creciente escasez de dólares.

El entonces viceministro de Comercio Exterior e Integración, Benjamín Blanco, proyectó en diciembre del año pasado que el país cerraría con un déficit mínimo debido a que existe “una balanza comercial controlada” que permite una casi igualdad entre importaciones y exportaciones.

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