En el escenario global de la educación superior, pasa por un factor clave: la gestión de calidad universitaria, la cual es medida desde los rankings universitarios internacionales, éstos son una herramienta para evaluar y comparar el rendimiento de las instituciones académicas, medir su impacto en la transformación de vidas, su aporte al desarrollo humano de los países y explorar alianzas regionales interuniversitarias, para hacer frente a las problemáticas locales y globales al unísono.
Con la red profes fuera de la caja, dedicada a la investigación educativa y apoyo al profesorado escolar y universitario de la región, en coordinación con proyectos regionales de la UNESCO (2023), PNUD (2022) se estudiaron los últimos resultados de gestión de calidad educativa e las universidades de Latinoamérica, con énfasis en el caso de Bolivia, el cual es el más rezagado de la región, con el objetivo de identificar los criterios y factores viables de aplicar en Bolivia, acorde al contexto actual, para salir de dicho rezago.
La metodología adoptada para este estudio fue multisistémica. Inicialmente, se realizó una exhaustiva revisión documental de los principales rankings universitarios internacionales para comprender sus parámetros y criterios. Posteriormente, nos centramos en las universidades públicas y privadas bolivianas que participan de estos ranking, porque están en condiciones de hacerlo, a nivel de logro de objetivos y gestión de calidad; determinando su presencia y posición en estos rankings a través de un rastreo de datos específicos que tendrían que implementar para resolver las brechas. Además, llevamos a cabo un estudio comparativo con universidades brasileñas, chilenas, uruguayas, mexicanas, destacadas para entender las claves de su éxito.
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
Los rankings universitarios más influyentes, como el QS World University Rankings, el Times Higher Education World University Rankings, el Academic Ranking of World Universities (ARWU) y el Ranking Web of Universities (Webometrics, ofrecen una visión integral del rendimiento académico de estudiantes, permiten acercarnos a la realidad de la calidad educativa de las universidades.
Entre algunos factores que se miden están: a) calidad docente medida por la productividad científica, publicaciones, inserción en grupos de investigación internacional, local o nacional, impacto social de sus investigaciones, b) capacidad para involucrar a estudiantes universitarios en las investigaciones, trabajos en equipo interdisciplinario e intergeneracional (docentes y estudiantes), c) la investigación y la visibilidad en línea de las instituciones respecto a la cantidad de publicaciones de punta en revistas indexadas en Scopus Q1, Q3, o WOS (Web of Science), d) rastreo de docentes investigadores en las plataformas de búsqueda estandarizada, e) repositorios digitales de tesis de grado y postgrado en bases de datos como Dialnet, Scielo, etc.; f) cantidad de docentes y administrativos con código ORCID para identificar los rendimientos en publicaciones de libros, artículos, colaboraciones, capítulos, etc. tesis guiadas, dirigidas, etc. g) Gestión de habilidades blandas en los equipos de investigación, entre éstas la comunicación corporativa, transdisciplinaria y transcultural del ambiente laboral en el cual se investiga y se desarrollan las cátedras, docencia, h) becas de excelencia y becas socioeconómicas a estudiantes para participar en congresos internacionales, i) organización de congresos internacionales con redes globales, para atraer capital humano avanzado, j) articulación de la academia con las instancias gubernamentales, mediante proyectos de asesoría para favorecer la toma de decisiones con datos en los niveles de gobierno de los países.
En el nivel administrativo se evalúan los incentivos económicos por publicación al profesorado y estudiantado, los informes de estos incentivos por universidad, la diversificación de evaluaciones del estudiantado acorde al siglo XXI, vía gamificación, así como la revisión de tesis, ensayos, con software antiplagio, para optimizar la calidad y autenticidad, la ética intelectual en la comunidad universitaria, la políticas administrativas en relación a la investigación, resultados, seguimiento a los laboratorios sociales, artísticos y científicos, tanto de ciencias como de humanidades, capacidad transdisciplinaria entre ciencias y humanidades, respuesta a las problemáticas sociales, políticas, económicas, culturales, etc. de los países, capacidad de divulgación científica institucional, así como de inversión en circulación académica y articulación academia con estructuras de toma de decisiones en los distintos niveles de gobierno internacional y con el sector privado, la industria, etc.
En resumen, estos criterios son la base para asumir la gestión de calidad educativa en las instituciones universitarias: la existencia de una Agencia de investigación y desarrollo que financie y articule la secundaria con la universidad, así como la universidad con los gobiernos municipales, departamentales, nacionales, para aportar desde la ciencia a la transformación y superación de las brechas y rezagos del país, sobre todo en materia de género, tecnología, salud, etc.
También es un criterio esencial la calidad docente mediante programas de formación continua adentro y a fuera del país, la capacidad de investigación, la reputación investigativa internacional de los docentes, la colaboración con instituciones extranjeras, profesores titulares con compromisos contractuales y cumplimiento de éstos, inserción directa del capital intelectual propio y externo, intercambio estudiantil con becas, financiamiento de intercambio docente como profesores asociados entre universidades de distintos países del mundo, la infraestructura digital (desde correos institucionales, plataformas de digitalización del proceso de aprendizaje, actualización bibliográfica y de planes de aprendizaje, revistas de divulgación científica), fondos de incentivo por publicación, trabajo en equipo entre estudiantes y profesores, articulación academia-sociedad, entre otros aspectos ya mencionados.
En cuanto a las universidades públicas bolivianas, si bien algunas han logrado cierto reconocimiento en rankings internacionales, como el Webometrics, su posición en los rankings más prestigiosos sigue siendo desafiante, siguen estando en el ranking, pero no entre las primeras. Esto sugiere la necesidad de alcanzar la plenitud de los criterios ya señalados.
Comparativamente, las universidades chilenas, mexicanas, brasileras, uruguayas, etc. han logrado un destacado desempeño en los rankings internacionales debido a su enfoque en la divulgación científica, la investigación, la inversión en infraestructura tecnológica desde los años 1990 en adelante, el pago puntual del salario del profesorado, invitación directa para cátedras titulares por méritos y reconocimiento social (local, nacional, internacional) a investigadores de alto rendimiento, incentivos monetarios por publicación, la digitalización de sus procesos administrativos, convalidaciones internas de los títulos internacionales de manera digital, la internacionalización, inversión en publicaciones de hallazgos y la colaboración con el sector público, inserción de capital intelectual extranjero y propio en sus equipos de plantas, algo favorable en el siglo XXI da cuenta del buen puntaje de estas universidades, es la existencia de una infraestructura digital sólida, trámites digitales en un 80 por ciento, desburocratización de los procesos de certificados, curriculum online de todo el equipo docente y de estudiantes, con un campus virtual dirigido por un rector del campus virtual, vicerrectoría de investigación, esto posiciona a nivel global a las universidades, las inserta en circuitos de investigación y redes de alto rendimiento mundial, canalizando fondos externos para las investigaciones de los países.
Factores como el financiamiento gubernamental desde las Agencias de Investigación y desarrollo, la inserción de capital intelectual extranjero, así como la coordinación entre los Consejos de Rectorías, Vicerrectorías académicas, departamentos de gestión de calidad entre todas las universidades tanto públicas como privadas, para crear agendas de investigación conjuntas, acorde a las problemática de sus países; invitaciones directa para recuperación de capital intelectual que ha migrado, articulación del Bachillerato con la universidad a nivel curricular y programas de orientación vocacional, programas de internacionalización, convalidación digital de títulos académicos internacionales.
Estos son algunos de los factores de éxito de estas universidades de países vecinos, viables de implementar en Bolivia, con voluntad política institucional.
Claudia Vaca
Investigadora en educación y cultura