La Paz. Demora en las investigaciones. El martes 25 se cumplen dos años de la muerte de los periodistas; sin embargo, las indagaciones de la fase preparatoria aún no han concluido. Dos sospechosos están libres
Furia. En marzo de 2012, una turba de vecinos quemó los enseres de la casa del ‘Matón Quitacalzón’. La Razón-Archivo.
La Razón / El Alto, Bolivia
En la madrugada del 25 de febrero de 2012 fueron asesinados los hermanos periodistas Peñasco, Verónica y Víctor Hugo. Han pasado dos años, pero todavía no se conocen las conclusiones de la investigación judicial y dos de los principales sospechosos se encuentran libres.
Hasta el momento no existe una imputación formal en contra de los involucrados y aprehendidos, aunque sí una resolución de sobreseimiento para cuatro de los detenidos. Tampoco la reconstrucción de lo sucedido pudo realizarse hasta la fecha y el chofer que conducía el minibús en el que fueron acogotados los periodistas, fue puesto en libertad. Ahora existen nueve detenidos; sin embargo, uno de los principales victimadores aún no fue hallado.
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
De acuerdo con el artículo 134 del Código de Procedimiento Penal, la etapa preparatoria en la que se encuentra el proceso de los Peñasco debía concluir en seis meses o en un año y seis meses por su complejidad, porque está involucrada una banda de criminales. Pero pese a la normativa, mañana se cumplen dos años del crimen y esta etapa todavía no acaba, según la información proveída por la Fiscalía de El Alto.
Aunque la fiscal asignada al proceso, Eva Mújica Zubieta, se negó —de manera prepotente— a brindar información sobre las investigaciones.
Retrasos. Las fuentes consultadas por La Razón informaron que el caso tuvo tres fiscales asignados. El primero fue Santos Valencia, quien fue recusado por la familia Peñasco porque aparentemente se parcializó con uno de los detenidos; posteriormente se designó a Édgar Alarcón, quien fue retirado del proceso porque fue remitido a otra instancia judicial, y por último se hizo cargo de las averiguaciones la fiscal Mújica.
No se realizó la reconstrucción del asesinato debido a problemas logísticos, puesto que los detenidos de manera preventiva se encuentran en diferentes penales: Miraflores, Obrajes, Chonchocoro y San Pedro de la ciudad de La Paz. Cuando debía realizarse el acto procesal, no se presentaban todos y, por ello, se suspendían las audiencias programadas.
Durante las investigaciones, cuatro de los nueve detenidos exigían de manera reiterada su sobreseimiento y libertad, hasta que lo lograron el 30 de enero de este año; aunque permanecen tras las rejas; esto también causó demoras. Ello pese a que uno de ellos, J. M. Dueñas, recibió una llamada desde el teléfono celular de Verónica Peñasco cuando ella ya se encontraba muerta, de acuerdo con el cuaderno de investigaciones al que accedió La Razón.
El chofer del minibús fue otro de los detenidos, pero luego fue liberado porque “no se hallaron indicios de responsabilidad”. Aunque esta persona, además de conducir el motorizado donde se realizó el asesinato, era uno de los cuatro hermanos que, junto con su padre, estaban en ese coche la madrugada del 25 de febrero de 2012.
De los nueve detenidos, el cuaderno de investigaciones señala que cinco estuvieron en el motorizado involucrado: tres hermanos, el padre (T. Nina) y un amigo de la familia. Los otros cuatro aprehendidos no estuvieron en el minibús y fueron sobreseidos del proceso, aunque tienen antecedentes penales por atracos.
Falta por encontrar a dos de las personas que esa madrugaba viajaban en el automóvil: el chofer que fue liberado y el amigo de la familia (N. Vargas), que supuestamente fue el que asfixió a Verónica Peñasco.
De acuerdo con las averiguaciones llevadas a cabo por agentes de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC), los hechos sucedieron así: el sábado 25 de febrero, Verónica y Víctor Hugo Peñasco salieron a las 04.30 de su vivienda en la zona Franz Tamayo, distrito 4 de la ciudad de El Alto, para dirigirse a sus fuentes de trabajo: radio San Gabriel y Pachakamasa, respectivamente.
Transporte. A pocas cuadras de su morada, ambos abordaron un minibús verde, cuya ruta de servicio no se encuentra identificada en el cuaderno de investigaciones, con placa de control 1859-EDR. En el interior del vehículo se encontraban siete personas, cinco de las cuales eran parientes: el padre y cuatro hermanos y dos amigos del clan de los Nina.
El padre iba adelante, junto con el chofer (uno de sus hijos), el que fue liberado. Los hermanos Peñasco se sentaron en el asiento ubicado detrás del conductor y a un costado de ellos estaba una de las hermanas (N. Nina), quien hacía de voceadora del motorizado usado para el crimen.
Detrás de los Peñasco estaban N. Vargas, quien está prófugo, y V. H. Centurión, quien fue aprehendido. Y en los asientos posteriores otros dos hermanos Nina: E. Nina y A. Nina. A las 06.45 de esa jornada, la Unidad de Bomberos de El Alto dio parte sobre el hallazgo de dos cadáveres sin identificación en el camino a la localidad de Laja.
A las 07.30, la División Homicidios de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen realizó el levantamiento de los cuerpos sin vida, que posteriormente fueron reconocidos como Verónica y Víctor Hugo Peñasco. Dos días después, la Policía dio a conocer a los medios de comunicación sobre el lamentable suceso. Luego se iniciaron las investigaciones, que aún no concluyen dos años después.
Vargas escapó de la justicia
Allanan
En 19 de julio de 2012, el investigador asignado al caso Peñasco solicitó el allanamiento de tres domicilios donde presumiblemente estaba N. Vargas, el supuesto asesino de Verónica Peñasco; no lo encontraron.
Imputación
El 5 de septiembre de hace dos años, el fiscal de materia Santos Valencia imputó formalmente a Vargas por el delito de asesinato.