Para que el mojón vuelva a disfrutar del carnaval


Nino Gandarilla Guardia

NINO_thumb_thumb Quiero cerrar mi Carnaval 2014 con un par de reflexiones sobre la parte frágil de nuestra Fiesta Grande, hoy Patrimonio Nacional.

Mientras que los “carnavalólogos” de Santa Cruz durante los 25 años pasados nos hemos ocupado de darle orden y belleza al precarnaval, a las coronaciones, al correo del carnaval y los corsos; cada actividad con su adecuado escenario hasta llegar al Cambódromo, los Tres días del Carnaval de Calle han quedado en su estado primitivo en lo cultural, pero amenazados por la realidad social del país.



Me he pasado la vida predicando que, mientras los gobiernos no le den el suficiente apoyo a las Organizaciones Juveniles Formales, las organizaciones juveniles Marginales se multiplicarán y crecerán a niveles peligrosos. Toda una teoría he explicado desde que era un dirigente juvenil… ni bola… y sufren las consecuencias y ven sangre todos los días y… ni bola…

Pero yo seguiré bregando, porque con la persistencia de algunos ciudadanos la mayoría se beneficia.

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Con la vigencia del Comité Impulsor del Carnaval, a partir del 2013, las cosas han mejorado porque ya hay un nivel de coordinación entre las instituciones y el principio de autoridad se puso vigente. Este año mejoró la cosa.

Para la Ley del Carnaval 2015 se deberá poner mucha inteligencia al tema del carnaval de calle. Yo pongo a consideración 11 tareas para debatirlas:

1. Para garantizar el derecho constitucional de libre circulación y asociación con fines lícitos que tienen todos los ciudadanos y que no tengan que encerrarse en garajes por miedo, es necesario incorporar a las Juntas Vecinales al Comité Impulsor del Carnaval y que éstas soberanamente señalen, con argumentos y documentos, quiénes cumplen sus deberes en sus espacios vecinales.

2. Incorporar a la Guardia del Carnaval en el control de los tres días de calle, en coordinación con la Policía. Las guardias privadas no tienen entrenamiento específico para ello, ni el sentido de pertenencia con los carnavaleros.

3. Completar la cobertura de cámaras de seguridad en todo el casco viejo.

4. Prohibir, por ley, el cierre de los garajes. Estos locales improvisados pueden continuar funcionando pero bajo las normas de cualquier otro local.

5. Desconcentrar, distribuir e incentivar económicamente el funcionamiento de Casas de Espera y Calles de Espera, para que las comparsas circulen por la ciudad con sus bandas.

6. Establecer un Circuito Turístico, señalizado, para quienes deseen ver en vivo el carnaval sin ser blanco de los juegos de los carnavaleros.

7. Disponer el uso de una Patente Carnavalera para quienes no pertenecen a comparsas y deseen circular en el centro. Esta patente se compraría en cualquier supermercado y tiendas autorizadas con cédula de identidad y se usaría tipo chaleco numerado y colores reglamentados. No todos los grupos juveniles que no usan casaca de comparsa son pandillas, sino grupos de jóvenes que no tienen dinero para una cuota, pero podrían pagar el costo de una patente.

8. Establecer y autorizar una lista de tintas y otros productos que sean de fácil limpieza. Desautorizar las otras y decomisarlas en origen.

9. La protección del ornato que sea más estética, con protectores que tengan figuras carnavaleras y no esas tétricas vallas y plásticos. Que la protección sea de las paredes no del pavimento, no hay necesidad de bloquear las calles para eso.

10. Que nadie tenga el derecho a bloquear una calle al paso peatonal. Ni las tarimas para reinas. La prohibición es vehicular, para la seguridad, no es peatonal.

11. Finalmente, que las comparsas salgan en masa a las calles a Defender su ciudad. El número de 30.000 comparseros será suficiente para ahuyentar pacíficamente a quienes están amenazando al buen carnaval que defendemos.

Lo dejo a consideración para que aparezcan otras ideas. Siempre hay una forma de resolver los problemas, cuando se le pone cabeza y voluntad.