Abogado en Brasilia (Brasil). A pocas horas de haber conversado por teléfono con un representante legal del exfiscal Marcelo Soza, para el jurista brasileño Fernando Tibúrcio este caso desnuda lo débil que está la democracia en Bolivia.
Fernando Tibúrcio conversa con EL DEBER en su oficina, frente a la planada de ministerios . Foto: Cecilia Dorado.
CECILIA DORADO, Brasil, EL DEBER
¿Qué significado tiene el caso de Marcelo Soza?
Es un caso muy importante desde el punto de vista de evaluar el estado de la democracia en Bolivia. Las acusaciones que Soza dio a conocer a la prensa a través de su carta son extremadamente graves, sobre todo cuando dice que el caso terrorismo pudo haber sido un montaje para involucrar a opositores. Es un caso que puede ser determinante, como una especie de divisor de aguas en la política boliviana. Digo esto porque en Brasil, en los años 80 durante la dictadura, dos militares hicieron explotar una bomba en Río Centro y quisieron atribuirlo a los movimientos de izquierda, pero las cosas salieron mal y la bomba explotó en el cuerpo de uno de los militares. Eso fue el punto de inflexión para el fin de la dictadura en Brasil. Eso impulsó a que la sociedad busque un cambio.
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¿Usted habla de que esto puede representar un punto de partida para un cambio?
Para que se reestablezca la democracia en Bolivia, creo que el pueblo de Bolivia debe pedir explicaciones al presidente Evo Morales, al vicepresidente Álvaro García Linera y al ministro de Gobierno.
¿Puede desnudar lo que pasa en la estructura de Gobierno y en la justicia?
En ese sentido, el único aspecto que conecta el caso de Marcelo Soza con el de Róger Pinto es la manipulación de la justicia en Bolivia. Con esto, no hay cómo el Consejo Nacional de Refugiados (Conare) diga que en Bolivia no hay persecución política ni manipulación de la justicia.
Soza era un fiscal de confianza del Gobierno y ahora sale huyendo, ¿qué opina?
Un país que pierde su institucionalidad está en serio riesgo de retornar a la dictadura. Hoy, las organizaciones internacionales ven en Bolivia un sistema híbrido, porque no se vive una democracia plena.
¿Esto influye en el caso terrorismo en Bolivia?
Desde mi punto de vista, este caso no se sustenta más, porque la persona encargada de hacer la investigación dice que fue presionada por el Gobierno y que tenía un objetivo político. Pone en jaque toda la estructura de la justicia en Bolivia.
¿Cuál puede ser el futuro del exfiscal Soza?
Hay claras señales de persecución política, eso le garantizará el reconocimiento de su condición de refugiado en el futuro. Existen perspectivas bastante favorales para conseguir el refugio definitivo.
¿Pudo hablar con Soza?
Cuando recibí el llamado telefónico de un colega de Bolivia que me preguntó si podía hablar con Soza, mi primera preocupación fue la seguridad del refugiado, por eso hablé con senadores de Brasil para que estén atentos al tema, ya que las acusaciones que hace son graves, y recibí todo el apoyo de los parlamentarios.
¿El caso Soza crea tensión entre Bolivia y Brasil?
Sí, desde el punto de vista de Bolivia, no de Brasil. Yo veo que esto incomoda mucho más a Bolivia, porque me imagino que en este viaje Marcelo Soza trajo más que ropa en su maleta, por cierto, él no estaría hablando de todo lo que dice sin que tuviese pruebas.