Caída de exportaciones: IBCE sugiere fomentar al sector agroindustrial y apuntalar la producción de trigo

Con una balanza comercial que refleja una caída de las exportaciones, desde el IBCE señalan que el país puede incrementar el ingreso de divisas apostando al sector agroindustrial.

[Foto referencial] / El ejecutivo del IBCE consideró que en el tema del trigo se puede aplicar la fórmula 80 – 20 que se da para la soya,

 



Fuente: Unitel

En un contexto en el que Bolivia registra una caída de las exportaciones, desde el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) sugieren fomentar exportaciones agroindustriales y apuntalar la producción de trigo con miras a oxigenar el flujo de dólares en la economía nacional.

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“Al primer cuatrimestre de 2024, las exportaciones bolivianas cayeron en 977 millones de dólares, comparativamente a la gestión 2023. Las importaciones también han disminuido, pero menos, 512 millones de dólares”, manifestó el gerente general del IBCE, Gary Rodríguez. “Se empieza a ver los efectos de la escasez de dólares para las importaciones”, agregó.

Según el reporte del Instituto Nacional de Estadística (INE), Bolivia registró una caída de las exportaciones de semillas y habas de soya del 73% entre enero y abril de 2024, así como también en lo que respecta a los derivados de este grano que está en torno al 39%, en relación con el mismo periodo de tiempo de la gestión anterior.

El reporte estatal atribuye esta situación a factores climáticos “que afectaron la cosecha”, mientras que el sector productivo advierte falta de avance en las mesas de biotecnología con miras a aumentar la productividad en el campo.

Asimismo, en términos de valor, en el primer cuatrimestre de 2024, las exportaciones del grano y habas de soya significaron un total de $us 21,9 millones, cifra que contrasta con los $us 81,4 millones registrado en el mismo periodo de la pasada gestión.

Para Rodríguez, para contrarrestar este escenario que también se advierte en otros sectores, la forma ideal de hacerlo es exportando más, pero para eso se necesitan tres seguridades específicas para los productores.

La primera es seguridad jurídica, es decir, que no hayan más avasallamientos, que se acaben los bloqueos. La segunda es seguridad de mercados, donde se dé lugar a la libre exportación y que no haya cupos para la producción boliviana. Mientras que la tercera es la “seguridad de ser escuchado” y eso es algo que requiere el agroexportador por parte del Gobierno.

Asimismo, el ejecutivo consideró que en el tema del trigo se puede aplicar la fórmula 80 – 20 que se da para la soya, que implica derivar el 80% de la producción a las exportaciones y el 20% al consumo interno, ya que para importar este grano y la propia harina de trigo se precisan $us 110 millones por año.

“Santa Cruz es el departamento productor de trigo por excelencia, no solo por la cantidad, sino también por la contribución y la productividad que, por cierto, no es elevada. El trigo es el único capitulo pendiente dentro del autoabastecimiento de alimentos básicos. Por eso se debería apostar al modelo 80 – 20 de la soya”, apuntó el gerente del IBCE.

A decir de Rodríguez, el sistema 80 – 20 se construye dando condiciones al sector productivo para que invierta más y se arriesgue más por un cultivo que ciertamente es de alto riesgo, con garantías de que no va a haber avasallamientos o bloqueos.